Varias semanas después de que lo hicieran el grueso de los jugadores cedidos por el Deportivo durante este curso, esta jornada pusieron punto y final a sus cesiones Juan Domínguez, Saúl, Borja Valle y Róber, y ninguno de ellos logró despedirse con buen sabor de boca, más bien todo lo contrario. Ya sin nada en juego y con todos ellos como locales las miradas estuvieron más centradas en lo extradeportivo y varios de ellos se vieron involucrados en situaciones desagradables que, a buen seguro, procurarán olvidar durante las vacaciones.
Máxima tensión en Son Moix. (Mallorca 3-3 Getafe)
Tal y como era de esperar una vez consumado su descenso a Segunda B, el Mallorca puso punto y final a casi cuatro décadas formando parte del fútbol profesional con un partido ante el Getafe en el que lo de menos para los bermellones era el resultado (3-3) y en el que la atención estuvo en las gradas. Los 3.600 aficionados que acudieron a Son Moix no desaprovecharon la ocasión de expresar su indignación y dedicaron abucheos e insultos de todo tipo a jugadores y directiva, una tensión que se trasladó a las afueras del estadio y que precisó de la intervención de la Policía Nacional para evitar males mayores en el momento en el que el autobús de los baleares se dispuso a abandonar las instalaciones.
Juan Domínguez culminó un tramo final de curso para olvidar quedándose nuevamente fuera de la convocatoria. Sin embargo, el gallego se convirtió en protagonista involuntario de las horas previas al encuentro al difundirse a través de las redes sociales el falso rumor de que había abandonado Palma sin esperar tan siquiera al último partido, un hecho que enfureció aún más a la afición y que el propio futbolista desmintió primero vía internet y posteriormente con su presencia en Son Moix.
El caso de Saúl García fue totalmente contrario. El cántabro disputó todo el encuentro y, aunque pocas conclusiones se pueden sacar en un partido de estas características, al menos sirvió para acabar jugando con cierta asiduidad en un año que ha sido negro para él.
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La afición despide al Elche con pitos. (Elche 0-2 Oviedo)
Situación idéntica a la acontecida en Mallorca fue la que se vivió en el Martínez Valero. Con el Elche ya descendido al pozo de la Segunda B el protagonismo recayó en la grada y en una afición que demostraron su indignación con abucheos, cánticos y diferentes actos de protesta dirigidos a jugadores y directiva antes, durante y después de un partido que quedó en un segundo plano y cuyo resultado final (0-2) a pocos importaba.
Borja Valle presenció el encuentro desde el banco de suplentes y cierra así una cesión más que positiva en el plano individual pero muy triste en lo colectivo.
El Levante solo piensa en Primera. (Levante 1-2 Huesca)
Con el ascenso y el título de campeones en el bolsillo desde hace semanas el Levante nada se jugaba en la última jornada del campeonato más allá de despedirse con la alegría de una nueva victoria. Los de Juan Ramón López Muñíz afrontaban el encuentro sin más incentivos que ese y con la mente puesta en los actos de celebración programados tras el partido y la próxima temporada en Primera, pero el hecho de tener enfrente a un equipo inmerso en la pelea por los puestos de playoff de ascenso como el Huesca ponía muchos focos en él. Al final, victoria para los oscenses y fiesta total en el Ciutat de Valencia.
Róber partió como titular ocupando un puesto en la medular, pero su despedida del cuadro granota acabó resultando amarga. Dos cartulinas amarillas, la última de ellas tan clara como innecesaria, mandaron al coruñés al vestuario a falta de más de media hora de juego por disputarse. Esta circunstancia facilitó el triunfo de los visitantes y su consiguiente clasificación para el playoff de ascenso a Primera, lo que suscitó algunas críticas y cierta polémica entre el resto de equipos implicados.