Dani Aranzubia (Logroño, La Rioja, 18 de septiembre de 1979), fue uno de esos futbolistas que llegó a Coruña sin hacer mucho ruido. Tras finalizar su contrato con el Athletic Club, club en el que había estado toda su vida, llegó libre a la ciudad herculina donde muchos miraron con recelo su fichaje. Se convirtió en el portero indiscutible durante cinco temporadas, y pocos podrán olvidar su gol ante la UD Almería.
Con Aranzubia estrenamos una nueva sección, llamada «una foto, un recuerdo». Le preguntaremos a cada protagonista por su fotografía favorita con el Deportivo, y también por uno de sus mejores recuerdos de su estancia en A Coruña. Como no podía ser de otra forma, en el caso del guardameta las dos tienen relación.
Una foto de un gol histórico
«Si tuviera que elegir una foto, me quedaría con la celebración del gol contra el Almería. Es una foto especial no solo en el Depor, lo es en toda mi carrera». Aunque mientras seguíamos hablando, Aranzubia recuerda otro de los momentos a los que tiene más cariño de su estancia como blanquiazul. «También la imagen del ascenso, ¡cuando di la vuelta al campo con la bandera y el gorro!»
Guarda muchos recuerdos buenos de A Coruña, «el año del ascenso, con la celebración… trabajar con Sambade, el marisco (risas), el nacimiento de mis dos hijos mayores». Eso sí, también hay partes negativas, como «el sufrimiento de los descensos».
Así recuerda su histórico gol contra el Almería
«Remató como si fuera Santillana», así definía Riki el gol de Aranzubia en un partido que terminó en empate gracias al guardameta. Él mismo nos cuenta cómo fue la jugada. «Recuerdo que ya había subido a rematar en la jugada anterior, el balón volvió otra vez hasta mi área, la volví a pegar larga y acabo en córner. Volví a subir y fue el gol. Lo que sí recuerdo es que después de subir y bajar dos veces, y sobre todo por el esfuerzo de la celebración y el subidón, ¡llegue a mi portería medio muerto! Estaba pensando que no tirasen directamente a portería en el saque de centro. ¡Me temblaban las piernas! ¡Afortunadamente pito el árbitro el final!».