Ni siquiera cuando ya tiene la permanencia matemática el Deportivo consigue librarse de las pesadillas del VAR. A lo largo de la temporada la relación entre el equipo blanquiazul y el videoarbitraje no ha sido la mejor y no parece que vaya a solucionarse en las últimas jornadas. Después de una larga colección de imágenes, el encuentro ante el Granada dejó una nueva pifia en contra de los coruñeses en una polémica acción que tuvo como protagonistas a Diego Villares y Carlos Neva.
En uno de los primeros ataques de los de Gilsanz el capitán consiguió quedarse en una posición ventajosa para definir ante Diego Mariño, pero un agarrón del defensa se lo impidió. Riazor lo tuvo bastante claro y ante la negativa de Sánchez López a pitar nada comenzaron las protestas. No se podía creer la afición que algo tan evidente no se sancionase, cuando situaciones mucho menos graves cayeron en contra.
El enfado fue a más viendo como acabó la contra del Granada. El cuero fue a parar a los pies de Rebbach, que solo tuvo que colocar el balón en pegado al palo para hacer el primer gol del partido. Doble castigo para el Dépor cuando el reloj no llegaba a los diez minutos de encuentro.
Ni rastro del VAR
Parecía que tras el tanto podía haber tiempo para una revisión desde la sala VOR, pero en Las Rozas bastó una ojeada para confirmar que no era necesario desplazar al trencilla hasta la pantalla. Se comprobó también que no había fuera de juego de algún futbolista granadino y autorizó el gol. Volvía el malestar a la grada, incrédula por la negativa incluso a acercarse a la pantalla como en otros tantos momentos. Tocará esperar a la publicación del audio para conocer los motivos de la actuación arbitral.