Será la primera vez que se vean las caras en el banquillo. Y es que todos los duelos entre Víctor Sánchez del Amo y Eduardo Berizzo remiten al césped, a su etapa como futbolistas. En ella dejaron cuatro vis a vis marcados por lo abultado del resultado. Hasta 14 tantos se cantaron entre Riazor y Balaídos en un período de apenas dos años que quizá dejó un mejor sabor de boca al técnico madrileño, autor de tres de ellos en el feudo olívico a comienzos de enero de 2004.
Curiosamente, las trayectorias de ambos una vez colgadas las botas se han entrelazado de forma igualmente sorprendente. Víctor dio los primeros pasos de su carrera lejos del verde en el Getafe, con Míchel como protagonista en un tándem que se repitió también en Sevilla y Olympiakos. Por su parte, Berizzo lo hizo de la mano de Marcelo Bielsa en la selección chilena. Y fue precisamente el inesperado adiós del ‘Loco’ al Olympique de Marsella a comienzos de la presente campaña lo que situó al actual preparador del Celta en la agenda del conjunto francés, que finalmente eligió al mentor de Víctor para liderar su nuevo proyecto.
VÍCTOR SÁNCHEZ DEL AMO
Llegó como salvavidas emocional de un club afligido en lo deportivo e inmerso en una peligrosa vorágine de autodestrucción social. Lo hizo a falta de ocho jornadas para el final de Liga, condicionado por el balance previo y acuciado por las necesidades inmediatas del club, lo que lógicamente impidió sacar una conclusión concreta de su estilo y libreto. Parco en palabras durante las ruedas de prensa, fue el paulatino paso de la siguiente pretemporada el que delimitó las líneas maestras del proyecto de Víctor, caracterizado por una inclinación por fomentar la polivalencia de la plantilla y, ya en el juego, medir al detalle las posibles fragilidades del rival.
Lo mejor: Medir el éxito de una idea en términos futbolísticos es subjetivo. Sin embargo, guiándose tanto por resultados como por sensaciones, la propuesta del joven inquilino del banquillo de Riazor parece haber ido ganando consistencia. Al menos, si se atiende a la incomodidad que genera en el contrincante el hecho de que el Deportivo haya asimilado determinados conceptos sobre cómo jugar con y sin balón en función del instante. Y además, a hacerlo sin temor a la posible entidad del adversario.
Lo peor: Sin llegar a ser necesariamente un rasgo negativo, el conjunto coruñés sí ha mostrado cierta tendencia a firmar tablas desde la llegada de Víctor. Hasta seis empates ha cosechado en el actual curso -el que más ha certificado hasta el momento-, dos de ellos ante equipos como Atlético de Madrid, Valencia o Athletic, pero también ante presumibles rivales directos en la pelea por la permanencia como Levante o Granada, que arrancaron a los herculinos la victoria en la segunda parte de sus respectivos envites.
EDUARDO BERIZZO
Se fue Luis Enrique, pero el patrón de trabajo mantuvo su base. Sobre ella trabajó Carlos Mouriño, que en su terna de candidatos a suplir al técnico asturiano incluyó también al argentino Ricardo Gareca, actual seleccionador de Perú. Sin embargo, escogió a un viejo conocido de la casa celtiña para dar un paso más en la transición silenciosa del club hacia la zona noble de la tabla: Eduardo Berizzo.
Con un particular sello táctico que le acerca al recurrente ‘gegenpressing‘ de Jürgen Klopp, el Celta de Berizzo juega con la asfixia de la primera línea enemiga, cerrando líneas de pase, buscando provocar el error en las cercanías del área rival y sacando beneficio de la compenetración de su tridente en vanguardia, liderado por un Nolito más travieso y con más galones que nunca.
Lo mejor: Va con su credo hasta el final. Siendo discípulo de Bielsa no cabría esperar menos, pero ya sorprendió a muchos con su entereza y convicción durante la racha de diez partidos consecutivos sin ganar que minó al Celta entre los meses de noviembre y enero de la pasada campaña. «Son demasiados encuentros sin ganar. Entendería mi destitución», dijo tras el último de ellos en Getafe. No obstante, remontó el vuelo.
Lo peor: El debate generado en torno a la figura del ‘Tucu’ Hernández, fichaje expresamente demandado por Berizzo. Ambos coincidieron en O’Higgins y saltaron al Viejo Continente en el mismo mercado, lo que inmediatamente puso la lupa sobre su posible influencia en el esquema existente, caracterizado por un estilo más eléctrico del impreso habitualmente por el centrocampista sudamericano. La posibilidad de liberar a Wass como llegador -introduciendo a Radoja en el pivote por detrás de Augusto- y ubicar a Orellana en la mediapunta mantiene la discusión latente.