Después de regresar de su lesión, Yeremay se sentó por primera vez delante de los micrófonos. El descaro que tiene sobre el césped se queda ahí, porque como el propio jugador reconoció, «estoy un poco nervioso, para mí es más fácil jugar que sentarme a hablar». El canario repasó no sólo su tiempo de baja, sino también el proceso de cambio que lo ha llevado al primer equipo del Deportivo:
Tiempo de baja
«Estuve un poco jodido. Llevo tres meses parado y parecía que no avanzaba. He tenido muchos días de bajón, no me recuperaba y seguía teniendo dolores en la pierna. Pero ya estoy bien, estoy trabajando, cogiendo ritmo y muy contento. Cada vez me encuentro mejor a nivel físico, cogiendo ritmo todavía. Me quedan unas semanas para adaptarme al ritmo de competición y de mis compañeros».
Recibimiento de Riazor
«Estoy muy orgulloso de que la gente me quiera, de que la gente me transmita en todo momento su apoyo y quiera verme jugar. Es un orgullo estar en el Dépor y que la gente me quiera tanto. Ahora toca ponerme en forma y sacar esto adelante, es lo único que quiero».
Asentado como figura importante
«No ha sido fácil. Tuve que trabajar mucho, correr mucho para llegar a estar un poco más asentado. Estoy con muchas ganas. Nunca he pensado en irme. Soy un chico joven y cada jugador tiene su proceso. Hay que ir poco a poco. Siempre intenté trabajar, centrarme en lo que yo puedo hacer. Pero en ningún momento pensé en irme a otro equipo. Mi objetivo siempre era estar aquí y jugar».
Proceso de maduración
«No ha sido fácil. He tenido la suerte de encontrarme a muy buenos compañeros. Soy muy joven y voy cogiendo cosas de cada uno. Vas viendo el día a día. Porque no es lo mismo jugar en el filial, que estar en primer equipo. Te exigen mucho más. Tienes que cuidarte, comer mejor, entrenar más… una serie de cosas que son fundamentales para un futbolista profesional y lo he llevado de la mejor manera posible. Me ha costado, porque era algo nuevo para mí, pero lo he llevado muy bien y ahora es algo normal».
Punto de inflexión
«Yo creo que cuando llego al primer equipo. Si te metes en un vestuario donde hay veteranos, ya hay gente que se toma esto de otra manera. Era un niño que me tomaba esto de otra manera, y poco a poco fui viendo cosas en mis compañeros, fui escuchando a la gente, dejándome ayudar y poco a poco fui… también cuando voy creciendo, voy cambiando el pensamiento. Y cuando llegas y te ves ahí, dices tú, pues igual sí, igual puedo jugar en el primer equipo y cambias un poco todo».
‘Competencia’ con Mella
«Competencia ninguna. Lo llevo a entrenar todos los días, así que… es un orgullo para nosotros estar en el primer equipo del Dépor, jugar en Riazor con tanta gente siendo tan jóvenes… la competencia es sana, es mi amigo, como si fuese mi hermano. A ver si vuelve pronto».