El delantero del filial, que comenzó la temporada más tarde que sus compañeros por culpa de una lesión, no ha parado de marcar desde su regreso y ya es el pichichi del equipo.
La temporada del Deportivo ‘B’ está siendo un tanto irregular, con buenas y malas rachas, aunque actualmente atraviesa uno de sus mejores momentos tras superar el bache del mes de enero. Precisamente, en estas últimas jornadas ha destacado el nombre de una de las jóvenes promesas de la cantera: Luis Fernández, que a base de goles ha conseguido sobresalir en medio de un filial que tiene en plantilla a varios jugadores talentosos en ataque.
El choque de ayer ante el Betanzos no fue uno más para el futbolista de Burela, pues fue ante el conjunto de prepara José Manuel Pose cuando volvió a sentirse un futbolista. Disputó sus primeros minutos en la derrota que sufrieron los deportivistas en la primera vuelta. En febrero de 2012 vivió una auténtica pesadilla, ya que sufrió una rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha en el campo del Órdenes. La lesión le dejó en el dique seco durante ocho largos meses, pero regresó con más fuerza que nunca y 19 jornadas después de su vuelta en el García Hermanos solo piensa en batir la portería de los rivales.
Luis recaló en el Fabril después de despuntar en las filas del Ural. En su cuarto año en la entidad blanquiazul –finaliza su contrato al final de la próxima campaña-, ha demostrado que vive su particular idilio con el gol, pues se ha convertido en el máximo goleador del equipo con 14 dianas. Hace un mes le endosó un hat-trick al Dorneda en O Condús y hace siete días volvió a marcar dos chicharros al Vilalonga en San Pedro. Y también le metió otros dos al Betanzos en la cita de ayer.
Con sus buenas actuaciones, se ha ganado a pulso la titularidad. Es un habitual en las alineaciones de José Luis Devesa, que hasta su regreso tuvo un importante vacío en ataque. En algunos encuentros prefirió optar por jugar con un falso nueve, como Manuel Romay o Álex Pérez, o bien recurrió al juvenil Dani Iglesias, al que recuperó hace pocas semanas para que fuese el acompañante del punta burelés.