El nuevo fichaje del filial se muestra ilusionado tras firmar por un año con los blanquiazules al tiempo que afirma haber rechazado ofertas superiores en el aspecto económico ante la posibilidad de jugar en el Fabril.
Para los que conocen el fútbol base coruñés, hablar de Manuel Romay (Malpica, 1990) es hacerlo de uno de los mejores jugadores que ha dado la cantera del Montañeros en los últimos años. Jugador de clase, acumula con 22 años recién cumplidos la nada despreciable cifra de 90 partidos y 8 goles con los blancos en la categoría de bronce.
Ahora le ha llegado la oportunidad que ha estado esperando y tras firmar por una temporada defenderá los colores blanquiazules, de momento en el filial. “El Fabril no es el Deportivo, eso está claro, pero me abre la posibilidad de poder llega al primer equipo. Soy deportivista y cuando me surgió la posibilidad de ir no me lo pensé. Tenía ofertas superiores en lo económico pero mi sueño ha sido siempre jugar en el Deportivo “, explica.
Uno de los factores decisivos a la hora de concretar el fichaje ha sido la llegada de José Luis Devesa al banquillo del Fabril. “El entrenador me conoce y me dijeron que quería contar conmigo. Yo también comparto la manera que tiene de entender el fútbol y como juegan sus equipos». Otro de los que le animó a tomar la decisión fue José Ramón, “no hablé directamente con él, pero si lo hizo mi representante y le dijo que era una gran oportunidad para mi y que tenía que aprovecharla”, afirma.
Esta será sin duda una temporada especialmente dura ante la presencia de equipos importantes como el Racing de Ferrol, Compostela o Pontevedra. En relación al objetivo que debe marcarse el filial en esta nueva andadura por la tercera división, el mediapunta lo tiene claro “en el aspecto colectivo todos debemos mirar para los puestos altos de la tabla y pelear por el ascenso. Luego individualmente todos soñamos con llegar al primer equipo”. dice.
Como experiencia curiosa en su por lo de ahora corta carrera, el ex del Montañeros tuvo un breve paso por el Aris de Salónica griego, equipo al que llegó en periodo de prueba recomendado por Donato, que por entonces era el entrenador junto al ex – céltico Mazinho.“Estuve allí un mes justo y la verdad es que lo pasé bastante mal. Era muy joven y estaba solo. Además y pese a ser un club de primera la verdad es que estaba todo muy mal estructurado. Para Donato sólo tengo palabras de agradecimiento aunque al final la cosa no saliese bien. Fue positivo porque me hizo madurar”, concluye.