Alberto Quiles está siendo uno de los jugadores que más acusa el mal inicio del Deportivo. El pichichi blanquiazul todavía no se ha estrenado esta temporada, aunque es algo que no le preocupa: «Si lo comparamos con el año pasado, está claro que he empezado peor. Todavía no he marcado, pero tampoco estoy preocupado por el tema del gol. Me gustaría haber hecho alguno, pero prefiero recuperar sensaciones, encontrarme con mi juego más que con el gol. Estoy seguro de que cuando meta el primero, llegarán muchos más«.
Insiste el punta en que el equipo deben tener paciencia para generar más: «No tenemos que atacar tan rápido para así tener ocasiones más claras. No somos un equipo de atacar al primer giro, tenemos que tocar más el balón, moverlo de un lado a otro. Es complicado, porque los equipos se cierran, pero esa es una de las claves. Cuando atacas rápido, el balón vuelve rápido y no somos de transiciones. Debemos atacar lento, tener paciencia y seguro que las ocasiones llegarán».
No esconde Quiles que se encuentra más cómodo jugando acompañado en la delantera: «Es que estoy más cómodo llegando al área que estando. Por eso cuando juego en punta suelo venir a recibir, para descargar y llegar por sorpresa. No me importa jugar en un lado que en otro, pero si juego en punta iré mucho a recibir. Estando en el área y siendo marcado me cuesta más que si llego sin marca«.
Alberto Quiles, encantado con ‘la presión’ de Riazor
Alberto Quiles, que reconoce que su renovación ‘está un poco parada, se habló algo pero estoy en hacer un buen año», habló también de uno de los temas de actualidad en el Deportivo: la presión de llevar la blanquiazul: «Yo manejo la presión como el año pasado. Me encanta jugar en Riazor. Prefiero jugar en un estadio con 16.000 personas que en uno con 1.000. Me encanta. No porque ahora no encuentre mi juego significa que note más la presión. Tenemos que sentirnos privilegiados por poder jugar ante tantas personas en un estadio de Primera. Cuando eres un niño es lo que sueñas. Cuando juegas bien, te aplauden, cuando juegas mal, te pitan. Es normal. Hay que estar agradecidos de jugar ante tantas personas».