El Deportivo no tiene margen de error. El irregular inicio de temporada ha provocado que cada tropiezo sea más grave y por eso no puede permitirse el lujo de ‘elegir’ partidos. Eso es un hándicap en este punto de la liga, cuando comienzan a acumularse las amarillas y llegan las sanciones. Fue el caso de Olabe, ausente ante el Racing de Ferrol, y es el caso ahora de Antoñito y Rubén Díez, que acuden apercibidos a Ceuta.
Tanto el lateral como el centrocampista han sido piezas fundamentales desde la llegada de Óscar Cano. Lo están jugando prácticamente todo y además, por norma general, dando buen rendimiento. Pero si ven una amarilla este domingo se verán obligados a extender sus vacaciones, perdiéndose el primer partido de 2023, que se disputará en Riazor contra Unionistas.
Su ausencia obligaría a Cano a buscar alternativas como ya hizo el pasado fin de semana ante las bajas de Mario Soriano y Olabe. De primeras, los nombres parecen claros, con Trilli ocupando el costado derecho de la defensa y Villares, ahora mismo el comodín del centro del campo, apareciendo por la zona que ocupa el maño.
Con el Alcorcón en el horizonte
Y habrá que ver si en este punto entra también la estrategia. Porque después de Unionistas, el Deportivo visita al Alcorcón para finalizar la primera vuelta. El cuadro alfarero es el equipo más en forma del grupo y se está mostrando como rival duro por el ascenso. Óscar Cano ya demostró que no mira al futuro, por muy inmediato que sea, alineando a Olabe en Badajoz aun a riesgo de perderse el derbi, como así fue. Este domingo en Ceuta tendrá la oportunidad de liberar a Antoñito y Rubén Díez para asegurar su presencia en Santo Domingo o arriesgarse a un nuevo duelo si dos de sus fijos.