Conseguir el ascenso a la Primera División Nacional del fútbol femenino (llamada actualmente LaLiga Iberdrola) es una auténtica odisea para cualquier equipo. De los 112 conjuntos que componen cada año la Segunda División, únicamente 2 ven recompensado su esfuerzo con un ascenso.
La categoría de plata del fútbol femenino está formada por 7 grupos compuestos por clubes distribuidos según criterios de proximidad geográfica, de manera similar a lo que ocurre en la Segunda División B masculina. Por ejemplo, el Grupo 1 lo conforman equipos de Galicia, Asturias y Cantabria, mientras que en el 7 se integran las escuadras de Aragón, Murcia y la Comunidad Valenciana. En cada uno de estos grupos están presentes un total de 14 equipos.
La principal excepción se encuentra el Grupo 6, constituido por clubes de las Islas Canarias y dividido a su vez en dos subgrupos de 14 equipos. Uno de los subgrupos lo forman planteles de Las Palmas, mientras que los de Tenerife disputan el otro. Una vez concluida la fase regular, los cuatro mejores conjuntos canarios disputan entre sí unas semifinales y su consecuente final, cuyo ganador será el campeón del Grupo 6.
En el resto de grupos, el equipo que finalice líder será el campeón. De esta manera, los vencedores de los siete grupos consiguen una plaza en la Fase de Ascenso. En ella se forman por sorteo puro dos grupos, uno formado por cuatro y otro compuesto por tres equipos. El ganador de cada uno de ellos asciende a Primera División, siempre y cuando cumpla los requisitos exigidos por el organismo regulador de la competición.
Así, para conseguir el ascenso a la máxima categoría del fútbol femenino español, es absolutamente imprescindible coronarse campeón de grupo. En anteriores temporadas también obtenía un billete para la Fase de Ascenso el mejor segundo, posibilidad que se ha suprimido para el presente curso.