En la historia de un club hay ciertos puntos de inflexión que marcan su rumbo. En 2015, el Atlético de Madrid Femenino vivió uno de ellos. A las órdenes de Miguel Ángel Sopuerta, el equipo colchonero se clasificó por vez primera para la Champions. Fue uno de los momentos más importantes de su relato. A nivel deportivo. Un año después, llegó el institucional: pasó a pertenecer a todos los efectos a la entidad que preside Enrique Cerezo. Solo a través de esos instantes se puede entender con certeza de dónde viene y hacia dónde va el fútbol femenino español. Lo que hemos cambiado.
La rutina provoca que ciertos sucesos poco frecuentes adquieran normalidad al repetirse varias veces. Por poner en contexto, para explicar la magnitud que están adquiriendo en los últimos años el proyecto del Atleti y el fútbol español en general, hay un dato clave: el club colchonero no debutó en competición europea hasta la temporada 2015-16. Por aquel entonces se estrenó tras concluir la liga española en segunda posición. Fue la primera vez que nuestra competición doméstica contó con 2 plazas Champions.
El Atleti, a la Champions
En la 2014-15, cuando el Atleti se proclamó subcampeón y consiguió ese primer billete para Europa, tuvo que adaptarse, realizar cambios en su organigrama. «Se dio un paso importante tanto en volumen de entrenamientos como en recursos, en miembros del cuerpo técnico… El club y las jugadoras hicieron un gran esfuerzo para sentirnos profesionales y dar imagen de ello. Los partidos tenían que ser alegres, teníamos que dar espectáculo y sentirnos cada vez más profesionales para que, en el momento que se diera el salto, estuviésemos preparados«, explica Sopuerta, técnico aquella campaña. Y así fue. «A partir de ahí, ya llegó el cambio total, la difusión en los medios«.
El 7 de octubre de 2015, el Atleti hizo su estreno en la Champions League cayendo derrotado por el Zorky ruso (0-2). El resultado, aquel día sí, fue lo de menos. El sendero estaba abierto. «Tanto Lola Romero -presidenta- como María Vargas -directora deportiva- habían realizado un trabajo espectacular para que en ese año se aprovechara ese impás que dio el fútbol femenino. Digamos que en el momento más oportuno, el Atleti estaba preparado para aprovecharlo«. Y eso era lo único que contaba, lo realmente importante: el mero hecho de estar y entender la situación.
Atlético de Madrid a todos los efectos
Apenas unos meses después, en el verano de 2016, ‘el Atleti de Lola y María’ dejó de ser un club asociado a la entidad que preside Enrique Cerezo para integrarse a todos los efectos en su estructura. Para ello, mudó lógicamente su nombre: de Club Deportivo Elemental Atlético de Madrid Féminas pasó a ser Club Atlético de Madrid Femenino. Una sola sociedad, con sección masculina y femenina.
Tres ligas seguidas
A partir de ahí, y de manera oficial, el Femenino empezó a sumar títulos para el palmarés del Atlético como club. A un ritmo frenético, yendo a trofeo por temporada, conquistó las últimas tres ligas (2016-17, 2017-18, 2018-19). Con una máxima: el Barça siempre era favorito en agosto, pero en mayo campeonaba el Atleti. Por encima de individualidades, mandaba «el grupo de trabajo». Sopuerta, que en 2016 dejó el club, lo argumenta: «Es muy importante, por arraigo y por continuidad de proyecto, contar con futbolistas como Meseguer, como Amanda Sampedro, como Lola Gallardo, Kenti Robles, Ángela Sosa… que continúan en el club -desde su época-. Que sigan con ese sentimiento, con esas ganas de continuar en lo más alto defendiendo tu escudo, te hacen poder valorar lo que se va construyendo».
Clasificación para cuartos de final y hazaña histórica
Esta misma semana, el Atleti se ha clasificado para los cuartos de final de la Champions -tras eliminar al Manchester City-. Tan solo 4 años después de conseguir el doble billete para Europa, el fútbol español ha sido capaz de colar a dos representantes entre los 8 mejores del viejo continente. Normalizar los éxitos implica que, en ocasiones, se pierda la perspectiva. Mirar fríamente a 2016 produce vértigo, ilusiona, genera esperanza y deja una máxima que de vez en cuando resuena en los actos publicitarios del propio club rojiblanco: «Nunca dejes de creer».
El Atlético ha tenido un despegue fugaz fraguado a cámara lenta. En apenas 4 años ha pasado de debutar en la Champions League a clasificarse para los cuartos de final. No es casualidad, es un proyecto que llevaba mucho tiempo gestándose. A las órdenes de Lola Romero y María Vargas, de Regional a la élite. Quién sabe dónde residirá su techo, hasta dónde llegará. Como para ponerle límites a la ilusión del fútbol femenino, como para mencionar la palabra incapaz.
*Este domingo, el Dépor ABANCA visita la Ciudad Deportiva Wanda Alcalá de Henares para enfrentarse al Atlético (16h15). Esta serie de textos sobre sus rivales pretenden poner en contexto, explicar de dónde viene y hacia dónde va el fútbol femenino español.