Tras varias semanas de parón, vuelve ‘Perfiles’. Portugués, nueva incorporación y de mucho talento, Bruno Gama llega a Coruña con ganas de revolucionar Riazor.
‘Estrella estancada’, ‘incapaz de triunfar en un grande’. Son algunas de las descripciones que la prensa portuguesa dedica a uno de los fichajes veraniegos de este Deportivo cuyo máximo objetivo es dejar atrás la Liga Adelante. Dejar atrás el infierno de la Segunda División y buscarse un lugar entre las estrellas. Exactamente ahí, entre las estrellas, es donde quiere volver nuestro próximo protagonista.
Se trata de Bruno Alexadre Vilela Gama, una de las eternas promesas del fútbol luso. Promesa porque demuestra desde muy joven ser de lo mejorcito de su generación; y eterna porque se estanca, porque no termina de despuntar. Le llaman el nuevo Figo. También el nuevo Cristiano Ronaldo, pero no acaba de salir, no acaba de triunfar. Y otros, compañeros en la selección, que a priori no prometían tanto sí salen, sí triunfan. Nani, João Moutinho, Fábio Coentrão son ejemplos de ello en el fútbol portugués. Agüero, Fábregas, Messi, Pato, Mata o Chicharito Hernández lo son en el internacional. Rivales suyos en campeonatos mundiales.
El pequeño Bruno inicia su carrera con 10 años en el Sporting de Braga, equipo que ocupa su vida los próximos siete –más uno, luego regresaría-. Destaca en todas las categorías, especialmente en juveniles y júnior. Descaro, desborde y liderazgo son sus virtudes, además de su buen golpeo a balón parado. Esas características le hacen indiscutible en las llamadas de sus seleccionadores, y en Portugal consigue proclamarse campeón europeo Sub-17.
Las mismas cualidades le llevan a estrenarse con la primera plantilla. Su debut no lo olvidará nunca. Ni él, ni las más de 25.000 personas que acuden al amistoso que en diciembre del 2003 inaugura el Municipal de Braga, estadio que albergaría algunos encuentros de la Euro 2004. Su rival es de sobra conocido entre la gente de A Coruña. Un equipo ‘Champions’ en ese momento y de Segunda años después. Contra él jugará en la Liga Adelante, y competirá por hacer a su equipo vencedor en el pulso del fútbol gallego. Ese diciembre del 2003 el Sporting de Braga vence por la mínima al Celta de Vigo. Y Bruno lo festeja por todo lo alto. Tiene 16 años y dos meses.
Cuatro meses más tarde debuta en partido oficial contra el Leiria y se convierte en el jugador más precoz en participar en la Liga ZON Sagres. Futbolistas de este calibre no pasan desapercibidos para los grandes, y mucho menos para un Oporto en depresión post-Mourinho que paga 750.000 euros por el futuro crack Bruno Gama. Cinco años de contrato.
Empieza en júniors, primer palo para el extremo, aunque pronto sube a la plantilla reserva. Su idea es la de triunfar en la élite del fútbol luso, pero la cantera portense está repleta de jóvenes valores buscando despuntar. Demasiada competencia en un club con muchas necesidades, latentes en el día a día. El resultado, 45 minutos con el primer equipo en dos temporadas. La estrella comienza a perder su esplendor.
La siguiente campaña regresa en calidad de cedido al Braga, para adquirir experiencia en la Primera portuguesa y así tener la oportunidad de estrenarse en competición europea, la Copa de la UEFA. No tiene continuidad –solo juega cuatro partidos de titular-, aunque lo suficiente para quitarse la etiqueta de ‘crack en ciernes’. El Oporto, sin embargo, sigue sin contar con él. Vuelve a cederlo, esta vez al Vitoria de Setúbal. Allí, Bruno Gama pasa dos años, mucho mejores que en Oporto, donde recupera sensaciones y se siente de nuevo futbolista.
Se desvincula al año siguiente con el Oporto para llegar a un acuerdo con el Río Ave, un equipo con aspiraciones más humildes pero en el que está su hermano como segundo entrenador. “Indiscutible, otra vez”, debió pensar en reflejo de la añoranza a sus inicios. 30 partidos en la primera temporada y 29 en la segunda le dan esa continuidad que anhela, y la permanencia en ambas campañas la felicidad que necesita.
Y como si una jugada del destino se tratase, la Liga Española toca a su puerta. Es una llamada del destino porque toca con tanta fuerza a su puerta que no puede hacer oídos sordos. Zaragoza y Deportivo pretenden sus servicios. Los gallegos pujan con más ahínco su fichaje, y finalmente Bruno Gama recala en A Coruña. Son 23 los años que tiene, y muchas vivencias recorridas en el planeta fútbol. Ahora su objetivo es ayudar al Deportivo a dejar atrás la Liga Adelante. Veremos si es una estrella estancada. Veremos si es incapaz de triunfar en un grande. Por ahora, las lesiones, no le han dejado demostrarlo.