Pese a la intensa lluvia que se vivió en A Coruña durante todo el día de ayer, cerca de 14.000 aficionados herculinos se dieron cita en Riazor para alentar a su equipo ante Osasuna. Con el campo encharcado, el Deportivo fue capaz de doblegar a los de Arrasate gracias a los tantos de Carlos Fernández y Pablo Marí.
No era un partido fácil, ni tampoco lo era salir de casa ante las inclemencias del tiempo. Pero la afición del Deportivo volvió a demostrar que está a las duras y a las maduras, y acudió de nuevo a Riazor para arropar a los suyos, que llegaban de jugar un mal partido ante el Almería.
Con el campo encharcado y ante un rival rocoso, el Deportivo se puso el traje de faena y se armó de paciencia para desmontar a Osasuna. Así fue como al filo del descanso, Fede Cartabia asistió magistralmente para que Carlos Fernández fusilase en boca de gol a un Rubén Martínez que regresaba a Riazor.
En la segunda parte aparecería la cabeza de Pablo Marí. Tras un saque de esquina, el central del Deportivo aprovecharía un desajuste defensivo de Osasuna para cabecear libre de marca al fondo de las mallas. Era el tanto de la tranquilidad para los blanquiazules, que además dormían líderes.
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