Un talento proporcionado por una plantilla con nombres de categoría superior, dudas por el escaso rendimiento hasta la fecha y paciencia para mantener la apuesta por Paco López como entrenador. Son las tres palabras que mejor pueden definir al Cádiz Club de Fútbol superado ya con holgura el primer tercio de competición de la Liga Hypermotion 24/25.
Nadie puede dudar de que el conjunto cadista tiene futbolistas para pelear por todo, como también es evidente que hasta ahora las cosas no han salido como esperaban en la Tacita de Plata. Y, pese a ello, en tierras gaditanas se está dando un voto de confianza al técnico que llegó este mismo verano para reflotar al club de nuevo a Primera y devolverle un estilo más vistoso que el sello que Pellegrino, Sergio González o Álvaro Cervera habían implantado con bastante acierto en los últimos años.
El Deportivo visita el Nuevo Mirandilla (sábado, 18:30 horas) para medirse a un claro candidato al ascenso que, sin embargo, tras 16 partidos disputados, acumula tan solo un punto más que el conjunto blanquiazul y no ha parado de coquetear con los puestos de descenso. El bloque gaditano empezó la liga con el pie cambiado, cayendo 0-4 ante el Zaragoza. Y desde entonces, ha ido luchando por enderezar el rumbo sin lograrlo del todo. De hecho, es ahora cuando parece que, al igual que los otros dos recién ascendidos como Granada y Almería, el barco empieza a virar hacia la ruta correcta.
Todavía es demasiado pronto para lanzar las campanas al vuelo. Pero los dos partidos consecutivos sin encajar gol parecen empezar a dejar entrever que el Cádiz ha mejorado en su principal déficit: el juego sin balón. Porque el cuadro de Paco López ha recibido muchos goles. Demasiado. 22 dianas en contra en 16 partidos es una estadística dramática, sobre todo si se acompaña con una evidente falta de gol (18), pero también ciertas dificultades para producir: es el quinto que menos remates genera (10,7 por encuentro) y está en la zona media baja de goles esperados (18,8 xG).
Así, el Cádiz Club de Fútbol está lejos de ser un equipo redondo. Aunque la escuadra amarilla es la segunda que más faltas comete, hasta ahora no ha logrado ser un bloque sólido. Porque sí, el conjunto de López suele ir a presionar arriba a sus rivales, pero tanto sus malos rendimientos individuales como su estilo ofensivo de desplegarse mucho le ha jugado malas pasadas a la hora de cerrar su puerta. El Cádiz tan solo se ha quedado sin encajar en tres encuentros, concede 12,5 remates por encuentro y tan solo 4 equipos más acumulan más goles esperados en contra (23,2 xGA, siempre según Opta).
Estas dificultades para protegerse han hecho que Paco López ya haya probado de todo. El meta David Gil parece asentado en una portería que empezó siendo para el cotizado José Antonio Caro. En la zaga, otros de los fichajes importantes como Glauder ha perdido el sitio en beneficio del joven Kovacevic, mucho más contundente en lo disputado hasta ahora. Y en el centro del campo, las parejas y tríos no han dejado de variar en una estructura que el técnico de Silla parece haber asentado en 4-4-2 tras probar también con el 4-3-3.
Un Cádiz Club de Fútbol con bajas
De este modo, el lateral Matos y los centrales Chust y Kovacevic parecen a día de hoy fijos por delante de Gil. Falta por comprobar quién será el lateral derecho, después de que en Granada el veterano Fali tuviese que ejercer ahí como parche ante las ausencias de Iza y Zaldúa. Si López mantiene al futbolista valenciano, el Dépor tendrá ahí un evidente punto desde el que atacar la profundidad, ya que pese a su experiencia y saber estar, Fali es una evidente debilidad tanto en los balones a la espalda como en el uno para uno.
Por delante de la zaga, Fede San Emeterio parece fijo. El cántabro es el futbolista de un perfil más defensivo en el centro del campo. Después de muchas idas y vueltas, parece haberse asentado en la medular. Más tras dejar de contar con Kouamé y Alarcón por actos de indisciplina que Paco López no ha querido detallar. A su lado parecía instalado Gonzalo Escalante, capaz de aportar algo más de criterio con balón y recorrido ida y vuelta. Sin embargo, el argentino padece un problema muscular que, con casi total probabilidad, le apartará del partido.
En su lugar, López recupera a un Rubén Alcaraz de características parecidas. En el caso de que Alcaraz no llegase, un Álex Fernández ya más mediapunta en esta última etapa de su carrera podría ocupar un puesto en la sala de máquinas.
También es seria duda Carlos Fernández. El exdelantero del Dépor firmó a préstamo procedente de la Real Sociedad para recuperar la continuidad y sensaciones que sus constantes problemas físicos le han impedido obtener en Donosti. El sevillano no está bien de cara a puerta y todavía se muestra impreciso, pero desde su rol de segundo delantero estaba empezando a ser clave en el esquema de Paco López por su habilidad para aparecer entre líneas al apoyo y darle continuidad a la fase ofensiva del equipo.
Porque precisamente el Cádiz busca eso: ser vertical. La escuadra gaditana es el equipo que más pases largos intenta de la categoría. Lo hace así porque su predisposición es la de acelerar, encontrando a sus puntas para que ellos jueguen un tercer hombre y el equipo pueda atacar de cara saltándose la presión del rival o bien los mediocentros recojan esos esféricos divididos. La premisa es ganar ese duelo para, rápidamente, buscar progresar por fuera. En los costados tiene el Cádiz su maná con Brian Ocampo y Ontiveros, dos de los futbolistas más desequilibrantes de la categoría.
El uruguayo Ocampo se ha afianzado en el perfil izquierdo después de que el pasado curso una lesión de rodilla le impidiese jugar gran parte de la temporada. Actualmente, es el tercer futbolista de la liga que más regates intenta, solo por detrás de Yeremay y Nico Fernández.
De cerca le sigue Ontiveros, que une a su habilidad para superar rivales un exquisito golpeo de balón que le hace ser absolutamente diferencial en la categoría. El malagueño se pierde el partido por sanción, pero López tiene donde elegir para el extremo derecho: un futbolista puro de banda como Iván Alejo, un mediapunta con capacidad para jugar por fuera como Melendo o un delantero con capacidad de ir al espacio como Rubén Sobrino. Reservas de absoluto lujo.
En ataque, Roger Martin parece fijo. Escurridizo en distancias cortas, hábil en la asociación y con muy buen olfato dentro del área a pesar de su poca corpulencia, si Carlos Fernández no puede ser su acompañante, todo hace indicar que podría entrar Chris Ramos.
El gaditano es el segundo máximo anotador de los suyos a pesar de haber perdido el sitio, pero posee poderío para dañar en vertical o yendo a la fricción y una buena capacidad de remate para aprovechar el caudal ofensivo de un Cádiz que es el segundo equipo que más centra, solo por detrás del Granada. No es de extrañar, teniendo en cuenta una potencia de fuego que pondrá a prueba la resistencia de un Dépor que, si es capaz de aprovechar los espacios, también tendrá muchas opciones de llevarse algo positivo del Nuevo Mirandilla.