La Primera RFEF sigue tomando forma para su temporada inaugural y ya ha definido los dos grupos para la 2021-22. En Riazor.org continuamos con el primer serial del verano para darle contexto al camino de cada rival del Deportivo hasta llegar a esta nueva categoría. En esta ocasión, el Celta B.
Espectacular temporada la del Celta B, que se quedó a un paso de lograr el ascenso a Segunda División. El equipo dirigido por Onésimo comenzó la temporada con la irregularidad que caracteriza a los filiales, pero se fue entonando, sobre todo, por su gran rendimiento a domicilio. Ser uno de los mejores equipos de la categoría fuera de casa, y también de los más goleadores, le permitió estar siempre en la zona alta, tanto en la primera fase como en la segunda.
El triunfo en Riazor prendió la mecha
Le costó arrancar al Celta B y su primera victoria no llegó quinta jornada. Pero después de un par triunfos y una dura derrota contra el Compos en casa, llegó el partido que cambió la temporada celeste. El derbi de Riazor ante el Deportivo fue un punto de inflexión. El 1-2 espoleó al Celta B, que ganaron cinco de los seis partidos en una racha que le permitió apuntar a los puestos que aseguraban el billete a la Primera RFEF.
El final de la primera fase se le hizo cuesta arriba e incluso pudieron quedarse fuera, pero en el último partido cumplieron venciendo al Coruxo en O Vao y lograron colarse entre los tres primeros.
El Celta B y la Primera RFEF como premio agridulce
La segunda fase también empezó con bajón para el Celta B y una contundente derrota en Balaídos ante el Valladolid B. Pero los de Onésimo fueron capaces de reaccionar de nuevo gracias a su buen hacer fuera de casa. Las goleadas ante el Cultural (0-3) y el propio Valladolid B (0-5), encarrilaron el pase al playoff de ascenso.
En las eliminatorias, el cuadro gallego quedó emparejado contra el Athletic B. El filial vasco puso fin al sueño celeste al imponerse por 2-1 y dejarle sólo el premio agridulce de la Primera RFEF.