Uno de los daños colaterales del cambio de entrenador es el crédito de Carmelo del Pozo. Natxo González fue su apuesta personal en verano y el director deportivo reconoce que no ha sido fácil despedirlo: «Es duro porque hemos tenido que dejar en el camino a un gran profesional. Ha tenido una dedicación enorme, pero la dinámica, tanto en puntuación como en la forma que veíamos al equipo no nos daba fiabilidad para pensar que se podía revertir la situación».
Dejó entrever que, a pesar de que tanto él como Tino Fernández lo negaron públicamente en varias ocasiones, el puesto del vasco estaba ya cuestionado desde hacía algún tiempo: «Las sensaciones de las últimas semanas no nos acababan de llenar. Pero creíamos que Natxo tenía derecho a que jugadores importantes volvieran al equipo. Hubo sanciones, lesiones y entendía que era necesario ese margen. Ahora entendimos que lo mejor era darle una vuelta».
De todas formas, el segoviano no se arrepiente de haber fichado al ya exentrenador blanquiazul como la cara de su primer proyecto en el Dépor: «Esto es un trabajo de toma de decisiones. Son buenas o malas en función del resultado. No creo que traer a Natxo fuese una mala decisión viendo al equipo en la primera vuelta. Es un gran profesional, pero esto es fútbol y está todo muy igualado. Nunca es un camino de rosas, hay dificultades y se han hecho grandes».
Para terminar, Carmelo explicó la elección de José Luis Martí, señalando que tuvo mucho que ver el momento de la temporada y la necesidad de encontrar un entrenador que apenas necesitase tiempo de adaptación: «Si tienes que cambiar, entiendo que teníamos que traer a una persona preparada, cualificada y que conozca la categoría. Ya es difícil empezar a trabajar sobre la marcha y si teníamos esta opción creímos que era la mejor».