Nueva edición de la columna de Dani Cancela, ex del Depor y coruñés, enrolado en las filas del Kitchee de Hong Kong desde hace una década. En su serial titulado ‘Desde la (semi) burbuja’, nos cuenta las sensaciones que le dejó la victoria del Deportivo contra el Pontevedra y el panorama que tiene por delante:
Tres años después, el Dépor logró una victoria por mas de un gol de diferencia. Tres años
después, sus seguidores pudimos ver con desahogo los últimos minutos de un partido sin
mirar el reloj a cada segundo deseando que el árbitro pitara el final. Y lo hizo en el día en el
que había que pasar el mal trago de visitar la casa de nuestro rival por antonomasia. El
Deportivo se puso por fin el traje de Segunda B, y con solvencia y muy buenas
individualidades, solucionó la papeleta y se gano el derecho a pelear hasta el final.
Pero el resultado, que es incontestable, no puede ocultar que el partido se decidió en
pequeños detalles que esta vez cayeron de nuestro lado. El Depor pudo marcar nada mas
empezar, en una jugada que demuestra trabajo en cada detalle del partido, pero antes de
ponerse por delante, el Celta B tuvo dos claras que hubiesen cambiado el partido.
La realidad es que este Depor está mucho mas entero que hace unas semanas. Una
ocasión antes echaba al equipo 20 metros para atrás por puro miedo, pero el domingo,
desde el principio al fin, apretó en campo contrario, robó, corrió… y las metió. Porque al final
la diferencia la marca el gol, un gol del que careció toda la temporada y que por fin apareció
para llenar de confianza a un Depor que por primera vez en mucho tiempo disfrutó dentro
de un campo de fútbol.
Hay muchos nombres propios en esta mejoría del equipo. Lo mas fácil es hablar de Miku, y
hay que hacerlo, porque igual que fue el primero en llevar palos cuando lo merecía, (estoy
seguro de que él sabe que tardó demasiado en estar física y mentalmente al servicio del
equipo y debemos criticarle por ello) su partido en Barreiro es para enseñar a cualquier niño
que quiera ser delantero centro. Desde la presión sin balón, a la contundencia en las
acciones defensivas y, por supuesto, el gol, que es lo que define a un delantero.
Pero seria injusto hablar del partido solo en función de Miku. El Dépor corre más, muerde
más, es mas dinámico y eso se nota. Lo nota Keko que encuentra mas situaciones en las
que demostrar su nivel. No es lo mismo atacar a una defensa organizada que hacer un
ataque rápido tras robo. Más espacio y más dificultades para los defensas, el escenario
perfecto para que Keko o Raí saquen su calidad a relucir. Más versatilidad en los ataques.
En definitiva, más fútbol.
Y todo esto pasa y se cuece en el centro del campo, que en mi opinión es donde de verdad
cambió todo. Álex hizo siempre lo que había que hacer. Ademas de organizar y robar, todos
los goles tienen su firma. No sólo en defensa, que es su fuerte, sino filtrando pases y
demostrando que cuando cada jugador del Dépor está cerca de su mejor nivel, son jugadores
de otra categoría. Lástima que casi ninguno lo haya conseguido hasta ahora. Y Villares.
Incluso por encima de Álex, Villares es el cambio la forma de jugar del equipo. Creciendo
cada día al amparo del capitán y guiado por él, el de Vilalba es el ritmo del equipo. La presión, el
juego rápido, los movimientos de ruptura, la profundidad, la llegada… se mueve y obliga a
los demás a moverse. Y el equipo mejora. Su irrupción, casual, es la mejor noticia de la
temporada. Es muy difícil, hay que tener mucha personalidad para hacer lo que el hizo
desde el primer balón que tocó en la segunda parte de Coruxo, y eso trasciende las
categorías. Aquí hay un jugador para muchos anos.
Y no me quiero olvidar de Eneko, porque, igual que Miku, fue objeto de criticas (con razón)
muchas veces pero creo que, con Álex, son los que mejor interpretan las ideas del
entrenador, equilibrando el equipo. Su partido del domingo fue casi perfecto, y el hecho de
que al descanso el rival cambiase a toda su banda izquierda demuestra su dominio.
Sólo falta ver si no es demasiado tarde. No dependemos de nosotros y la rabia de saber
que los jugadores tenían mas de lo que daban y de haber perdido la oportunidad de seguir
en la pelea es grande.