No es la primera vez que Rubén de la Barrera deja claro que no cree en el mito del césped artificial. El técnico del Deportivo siempre ha mantenido que, a peores condiciones, el equipo de mayor nivel debe imponerse y con esa idea afronta el duelo con el Langreo en el Nuevo Ganzábal: «Se trata de la predisposición mental que uno tiene a la hora de afrontar este tipo de partidos. Van de cómo te predispones. Si te apetece competir o no, si te apetece dejarte lo que te tienes que dejar para ganar el partido. Que no nos dé la risa por tener que afrontar un partido como este. Porque, si es así, perderemos fijo. Pero no pierdes por jugar en hierba artificial, pierdes por la predisposición. Si el equipo está conectado desde el primer momento, desde que comencemos el viaje, tendremos todas las opciones del mundo».
Por supuesto, el técnico no niega que haya situaciones puntuales a las que hay que adaptarse, pero no cree que sean decisivas, más teniendo en cuenta que se trata de un terreno de juego grande: «Si creo en ganar siendo otros, le estoy dando una mayor ventaja al rival. Exigir algo que atente contra el jugador, nuestros hábitos… siempre hay matices y así será, pero no metamorfosis. Habrá momentos propios con el balón, situaciones relacionadas con el espacio, el tiempo, los botes… probablemente ese tiempo se vea reducido y nos obligue a optar por gente capacitada para resolver ese tipo de situaciones. Obliga a estar conectado, metido. Hay que anticipar todo eso porque la trayectorias y botes pueden condicionar. Pero es un campo con buenas dimensiones, es amplio. No vamos a jugar en una caja de cerillas».
De la Barrera no perdió oportunidad para destacar el buen hacer del Langreo: «Personalmente me gusta. Es un equipo que asume la iniciativa, juega y acumula gente por dentro. Suma pases y luego llega con ventaja por fuera. Amenaza la última línea con presencia física, jugadores rápidos y de buen pie. En la primera vuelta fue líder de su subgrupo, me espero un partido complejo y duro«.
Rubén de la Barrera y la comunicación constante con el Deportivo
Rubén de la Barrera no quiere hablar todavía de su futuro mientras no termine la temporada, pero no duda en reconocer que la comunicación con David Villasuso, director general, y demás miembros del club, es constante: «Hay comunicación, pero entiendo que eso no debería ser una novedad. Lo que sería novedad es que no nos hablásemos. Eso es síntoma de que el club tiene una estructura y algo tanto sencillo como la naturalidad dentro de las vías de comunicación. Hablamos permanentemente, pero no sólo con David, sino con toda la gente del club. No concibo esas distancias ni ruidos. Hay que naturalizar las relaciones. No sé si es novedoso o no, pero yo lo concibo así».