Diego Villares está siendo una de las claves de la reacción del Deportivo y se ha convertido en indiscutible para Rubén de la Barrera. El de Vilalba cede parte del mérito de su rendimiento inmediato a la tutela de Álex Bergantiños: «Siempre dije que jugar al lado de Álex es un placer. Te ayuda en todo, siempre te da consejos. Durante el partido, después, antes… te dice donde tienes que colocarte, qué pudiste hacer mejor… a los jóvenes nos ayuda mucho a entrar con buen pie en el equipo y seguir haciéndolo como lo estamos haciendo».
En ese sentido, Villares no se relaja y tiene claro que debe seguir aprovechando la oportunidad: «Consideré que era una posibilidad importante. Desde el club me transmitieron que confiaban en mí y estoy contento de poder estar aprovechándola como creo que hago. Mi reto es seguir ayudando al equipo. Si es en el once, bien, y si no, en los minutos que pueda contar».
Asegura que el equipo no mira la clasificación ni se fija en la ventaja que tienen. Sólo buscan ganar cada semana: «Vamos partido a partido, victoria a victoria. Porque esta fase es cortísima y no puedes relajarte. Cualquier tropiezo te acaba complicando. Ganar este fin de semana supondría un paso importante hacia el objetivo. Ese colchón para afrontar los partidos que quedan con más tranquilidad».
Sin ensayos en césped artificial para evitar lesiones
Uno de los temas de la semana en la visita del Deportivo a Langreo es el césped artificial del Nuevo Ganzábal. El conjunto blanquiazul ha decidido no cambiar de rutina y hacer todas las sesiones en natural, sobre todo para evitar lesiones: «Lo hablamos el lunes y entre los capitanes y el cuerpo técnico decidieron que era mejor seguir con la dinámica habitual. Cambiar los entrenamientos podía ser más perjudicial que beneficioso, sobre todo pensando en lesiones y molestias, en la salud de los jugadores. Yo estoy algo más acostumbrado, en Tercera se juega más habitualmente en estos campos, pero es complicado para los que no lo están».