Pase lo que pase en estos últimos 15 días, el Deportivo terminará tocado 2020. Es una sensación extraña porque la progresión del equipo, aunque lenta, estaba siendo constante. Incluso en el propio partido ante el Celta B, en el que el Dépor cuajó la mejor primera parte en lo que a presencia ofensiva se refiere. Todo eso cayó en el olvido después de que el segundo tanto de Alfon pusiera en peligro no sólo los tres puntos, sino que abriera la puerta de Riazor a todos los fantasmas de los últimos años.
Y es que el Deportivo encajó por primera vez dos goles en un partido y no lo hizo por descubrirse atrás. El Celta B no castigó a la contra, sino que se aprovechó de decisiones puntuales que, como efecto mariposa, desencadenaron un dominó que ya no se detuvo. Esos segundos en los que Borges casi roba, Galán casi hace falta pero decide no hacerla y Markel Lozano se escapa de cuatro jugadores blanquiazules para recorrer 40 metros sin oposición…

El paso por el túnel de vestuarios, que debería haber servido para reforzar un buen primer periodo, provocó que el Dépor viajara en el tiempo para volver de pronto al infausto partido contra el Extremadura. Histeria colectiva, pánico al balón y la urgencia propia de estar jugando en el descuento cuando todavía no se había alcanzado ni la hora de encuentro.
Sin respuesta
Es eso más preocupante y bochornoso que cualquier derrota, por muy filial del eterno rival que sea. Los jugadores, atenazados. Fernando Vázquez, paralizado para aplicar alguna descarga desde el banquillo. Y cuando lo hizo, fue para mal. Verse por detrás en el marcador por primera vez esta temporada fue suficiente para desmontar a un grupo que mentalmente, y pese a haberse renovado casi por completo, sigue arrastrando el trauma del descenso. Ni un disparo a puerta ante el, posiblemente, peor equipo a nivel defensivo que pasó por Riazor.
Se acabó la condición de invicto, se esfumó el liderato y el turrón será amargo. Lo único que se puede esperar ahora es que los acontecimientos desatados por ese efecto mariposa se queden en 2020 y el equipo se dé cuenta de que todavía está en una posición inmejorable para luchar por el único objetivo del curso: salir de la jungla de Segunda B.