Joan Capdevila vivió muchos momentos buenos en el Deportivo. El lateral estuvo en una de las mejores épocas del club, con Jabo Irureta a los mandos, donde se conquistaron títulos como el Centenariazo. Pero también fue uno de los que se quedó a las puertas de la final de la Champions.
En una entrevista realizada por Senén Morán, justamente nuestro antiguo compañero Dani Méndez le recordó la semifinal contra el Oporto de Mourinho, cuando una tarjeta amarilla en la ida a Mauro Silva y la roja a Andrade les impidió jugar la vuelta. El entrenador portugués, además, había dicho que los de Irureta estaban «muy creciditos» tras eliminar al Milan.
«En teoría, no sé si íbamos crecidos, la palabra no era esa. Era una manera de motivar made in Mourinho. Empezaba a hacer su carrera. No le dimos ninguna importancia», explicó Capdevila. «Más que nada, pecamos un poco de inexpertos. Estábamos en una burbuja, soñábamos con la final. Es cierto lo de la amarilla de Mauro Silva, pero la expulsión de Andrade fue de risa. Las normas son las normas, pero al árbitro qué le vas a contar si es tu amigo o no. Fue una chorrada de acción. El partido de vuelta nos pudo la inexperiencia de los grandes equipos. Fue una pena, lo teníamos todo a favor, pero ese día salió cruz, perdimos de penalti. Nos quedamos con que pudimos ilusionar a toda una ciudad que no se pudo dar, pero nos quedamos en las puertas».
Otra de las finales amargas, fue la final de la Intertoto contra el Olympique de Marsella. Los coruñeses habían logrado ganar 2-0 en Riazor, pero cayeron en la vuelta por 5-1 con un juego durísimo en el Velodrome, donde los de Caparrós encajaron cuatro tantos en media hora. Una derrota que los dejó sin poder disputar la UEFA.
«Lo recuerdo como un partido muy extraño», explica Capdevila. «Veníamos de ganar en la ida por 2-0, pero en la vuelta había un ambiente muy hostil. Llegamos al descanso con empate a uno, buen resultado, pero en la segunda parte el árbitro cambió el criterio. En el descanso había un biombo con muchos directivos, no estoy acusando de nada, pero algo extraño pasó. La segunda parte en Marsella fue muy rara, con varias expulsiones, un gol que sube al marcador con una falta más que clara a Romero. Habría que preguntarle al árbitro»; finalizó.