En 2014, Juan Brandariz Movilla, «Chumi», (A Laracha, 02/03/1999) abandonó Abegondo rumbo a La Masía. Y lo hizo siendo una de las mayores promesas de la cantera del Deportivo. Por aquel entonces, tenía 15 años, jugaba de central en el Cadete A blanquiazul, y media España había puesto sus ojos en él. Internacional en las categorías inferiores de la selección, prontó se adaptó a la vida de la ciudad condal y fue escalando, paso a paso, hasta llegar al primer equipo culé. Este miércoles, en el partido de Copa del Rey ante la Cultural Leonesa (0-1), se produjo su debut oficial.
A no demasiados kilómetros de casa, en el Reino de León, Chumi disfrutó esta semana de sus primeros minutos a las órdenes de Ernesto Valverde. El técnico navarro apostó por el futbolista del Barça B, de inicio, en el centro de la zaga. Y, con el dorsal 36 en su espalda, el exdeportivsita acabó disputando el partido completo y siendo partícipe de la victoria in extremis de su equipo.
Con las ausencias de las últimas semanas en la defensa, el central ya había sido citado en numerosas ocasiones a los entrenamientos del primer equipo. Incluso había entrado en la convocatoria en los partidos de octubre ante Sevilla, Real Madrid e Inter de Milán. Sin embargo, en todos ellos se había quedado con la miel en los labios sin siquiera llegar a estrenarse.
Por eso, por sus últimas aproximaciones a la rutina del primer equipo, no pilla por sorpresa a nadie su bautismo. Era uno de los nombres marcados en rojo. De hecho, el pasado verano ya había sido noticia por su sustancial subida de la cláusula de rescisión. Conscientes de su potencial, y alertados por la huida de otros futbolistas de la casa, desde el Barça apostaron por renovarle su contrato hasta 2020 -con opción a 3 más- y subirle su cláusula hasta los 100 millones de euros. Una auténtica locura para un chico que, en marzo, cumplió aún 19 años. Y que, poco a poco, va conquistando todos sus sueños.