A los 35 años, Abel Aguilar se despide de su etapa como futbolista. Así lo ha hecho público en sus redes sociales con un vídeo en Instagram. El mediocentro colombiano cuelga las botas después de una trayectoria de 18 años compitiendo en clubes europeos y americanos. «Llegó el momento de terminar esta hermosa carrera, la cual disfruté como un niño», expresa el exjugador en la narración del vídeo. Con imágenes de su recorrido por el fútbol entre las que incluye su paso por el Deportivo, Abel Aguilar anuncia su retirada.
Su inicios fueron en el Deportivo Cali, donde debutó como profesional. De ahí saltó al fútbol europeo. Primero desembarcó en el Udinese italiano. En España pasó por Xerez, Hércules, Real Zaragoza y Deportivo. En A Coruña vivió el descenso de la temporada 2012/13 en la primera etapa de Fernando Vázquez en el banquillo deportivista.
Tras jugar en el Toulouse volvió a cruzar el Atlántico para recalar en las filas del Belenenses. En 2016 regresó al Deportivo Cali, donde estuvo dos años antes de firmar una corta etapa en el Dallas de la MLS. Su última elástica fue la del Unión Magdalena, al que no logró salvar del descenso. Con su selección debutó en 2004 y participó en dos Mundiales (2014 y 2018) y dos Copas América (2004 y 2011).
Así narró Abel Aguilar su despedida
Lo que diga nunca será suficiente para expresar lo que significa el fútbol en mi vida. Esta pasión tan grande que desde niño me invade y me llena completamente. La sensación de ir cumpliendo mi sueño a través de los años es indescriptible. Ver como la disciplina y la constancia hacen que las cosas se vuelvan realidad no tiene precio.
Después de 18 años llegó el momento de terminar esta hermosa carrera, la cual disfruté como un niño. Quiero agradecer a todos los que han hecho parte de mi carrera: compañeros, amigos, entrenadores, hinchas, clubes, dirigentes y cada persona que hace parte del fútbol, quienes realizan un trabajo impecable. Gracias porque me permitieron jugar en las mejores ligas del mundo y realizarme como futbolista profesional.
A mi amada Selección: ¡gracias! Porque aún recuerdo en el 94 viendo en mi casa el Mundial de Estados Unidos. Veía los partidos emocionado, cerraba los ojos y me visualizaba vistiendo la tricolor, cantando el himno a todo pulmón y haciendo historia. Cumplirlo ha sido lo más importante de mi carrera, nada se compara con hacer feliz al país que amo. Tuve muchos momentos de inmensa alegría, pero también momentos de profunda tristeza. Así son el fútbol y la vida misma, pero el aprendizaje ha sido constante y me ha hecho más fuerte.
Al fútbol lo llevo en la sangre. Y esa pasión infinita me empuja a aportar para seguir construyendo el buen nombre de nuestro país. Continuaré dejando el nombre de Colombia en alto.