El reloj marcaba las últimas horas del mercado de enero de 2021. En esos momentos, cuando todo el deportivismo esperaba los refuerzos definitivos para enderezar el rumbo de una nave que había cambiado de piloto recientemente, Abanca decidió frenar el dispendio que se había hecho esa temporada. Cerro el grifo y obligó a buscar las soluciones en casa. Rayco y Diego Villares fueron los elegidos para dar el salto al primer equipo y ponerse a las órdenes de Rubén de la Barrera.
El canario ya no está – si nada se tuerce ascenderá a Segunda con el Amorebieta -, pero ese momento fue el inicio de una bonita historia para el centrocampista de Vilalba, que encontró en el técnico coruñés confianza ciega. Se estrenó el 7 de febrero en O Vao, en la dolorosa derrota ante el Coruxo. Ese día salió del banquillo. Fue la última vez. De la Barrera entendió que Villares debía ser uno de sus pilares y lo jugó prácticamente todo hasta final de temporada. Incluso en el partido intrascendente para el Dépor ante el Numancia en Los Pajaritos.
Su crecimiento desde entonces ha sido continuo. Dentro del campo, convirtiéndose en una pieza imprescindible para Borja Jiménez y Óscar Cano, pero también fuera. Diego Villares ha ganado galones en el vestuario y es una de las figuras más respetadas, tanto en el verde como en la grada, habiendo portado ya el brazalete de capitán y ampliando su contrato para ser piedra angular en el futuro del club.
De la Barrera y un Villares con galones, pero tocado
El reencuentro será, pues, entre un Rubén de la Barrera recibido como un mesías y un Diego Villares cuyo mando en el equipo es muy diferente al de 2021. La confianza del técnico será total de nuevo, pero primero habrá que ver cómo está el tobillo del de Vilalba. La semana pasada no pudo viajar a Linares por lesión por culpa de un esguince y de su evolución dependerá que pueda estar disponible ante el Algeciras.
Álex Bergantiños, el otro ‘superviviente’
Más allá de Villares, Rubén de la Barrera se encontrará una plantilla prácticamente nueva en el Deportivo. El otro superviviente es el eterno capitán Álex Bergantiños. Fijo también en la primera etapa del técnico, pero que esta temporada ha perdido peso en el equipo. Será interesante ver el rol que Rubén le otorga mediocentro