Echamos la vista atrás una semana más y ‘En tal partido como hoy…’ recordamos esta vez la primera visita del Deportivo al Anxo Carro en el presente siglo. Sin acercarse a la historia ni la rivalidad de los derbis contra el Celta, la presencia de Quique Setién en el banquillo del Lugo siempre le puso picante a este tipo de duelos, con Fernando Vázquez poniendo de su parte en declaraciones de ida y vuelta entre ambos.
Lo que fue el encuentro en sí seguramente se pareció mucho a lo que los técnicos de uno y otro bando se esperaban. Dominio constante del Lugo, pero bofetadas del Deportivo. Así fue en una primera parte en la que bien pronto se abrió el marcador. Ifrán, que tuvo un papel destacado tras su fichaje exprés por la grave lesión de Salomão, puso en ventaja a los blanquiazules tras un pase de Rabello.
Los locales no pararon de intentarlo, tanto combinando como a balón parado y Pita a punto estuvo de empatar con un gran lanzamiento de falta que se topó con el larguero. Pero entonces apareció la estrategia. Apareció Pablo Insua, que con un acertado cabezazo ponía el segundo tanto en el luminoso y dejaba el ascenso al alcance de la mano.
El paso atrás
Pero entonces el Dépor repitió el comportamiento que tan habitual fue en ese tramo final de temporada al que llegó con la gasolina justa, lo que impidió celebrar el regreso a Primera hasta la penúltima jornada. El paso atrás dio todavía más fuerzas a los de Setién, que dispusieron de numerosas ocasiones para inaugurar su casillero. A veces la falta de puntería, a veces un Lux enorme parecía que iban a evitarlo.
Pero ni el argentino pudo con la insistencia de Renella. En un partido con presencia de varios exdeportivistas en el equipo rival, uno de ellos Dani Mallo en la portería, fue precisamente Pablo Álvarez el que dinamitó el encuentro. El extremo salió en la segunda parte y surtió de balones al delantero francés, que hasta aquel momento había estado desasistido. Un remate a bocajarro y un tanto con polémica por una posible falta a Juan Domínguez devolvieron las tablas al marcador y retrasaron la fiesta blanquiazul unas semanas.