No hay mejor sensación para un entrevistador que salir satisfecho de una charla con un entrevistado. Eneko Bóveda llega tarde al encuentro y lo primero que hace es pedir disculpas. Lo que viene a continuación son treinta minutos de deliciosa conversación en la que uno entiende rápidamente por qué Carmelo del Pozo quiso contar con él para este proyecto en Segunda División. En un deporte cada vez más alejado de su esencia, resulta reconfortante cruzarte con un futbolista al que puedes colocar la etiqueta de «persona normal».
¿Un jugador le da muchas vueltas a la cabeza tras acumular casi cuatro meses sin ganar fuera de casa?
Depende de cada uno. Nosotros vemos que estamos bien en la clasificación pero nos falta dar ese pequeño empujón que te dan los puntos fuera de casa. Es momento de mirarse cada uno dentro y ver que hacemos diferente en casa que fuera. Los cuatro meses sin ganar es una muestra lo suficientemente grande como para saber que hay diferencias.
Parece claro que los puntos fuera van a ser necesarios para conseguir el ascenso directo.
Sin ninguna duda. Por eso te digo que nuestra situación es muy clara. Somos un equipazo en casa y con muchos puntos y todo pasa por dar un paso más fuera. Es obvio que no vamos a ganar todos los partidos pero fuera tenemos que acercarnos a ese poderío que mostramos en casa.
Llegáis tras una victoria muy importante.
Es una victoria que nos vino muy bien para romper con el bache de resultados e incluso de juego. Estábamos un poco más grises en todas las líneas y hemos trabajado mucho internamente. La semana pasada todos expusimos esa preocupación y esas ganas de salir de ese bache y para mí esa victoria ante el Albacete fue vital. Creo que va a ser un punto de inflexión porque el equipo disfrutó y cuando el equipo disfruta siempre hay más ganas de jugar.
¿El cambio de sistema llegó tras esa charla entre jugadores y cuerpo técnico o es una idea de Natxo?
Evidentemente la idea es de Natxo. A mí me gusta mucho que ahora hablemos más de fútbol y aunque la idea final es del entrenador, hay un convencimiento total por parte de la plantilla. Esto se expuso a lo largo de la semana pasada porque pensábamos que ese cambio nos podía aportar beneficios. La plantilla lo asumió con todo el convencimiento del mundo y por eso creo que puede ser un gran momento ahora para conseguir buenos resultados.
¿Este sistema cambia mucho el rol a los laterales?
Creo que con el rombo hicimos partidazos en Riazor y pasamos por encima muchos rivales. Evidentemente hay matices aunque le doy más importancia a la actitud y predisposición del equipo. Con el cambio es cierto que encontramos nuevos matices como lograr superioridades en banda. Seguro que se plantearán otros problemas pero intentaremos resolverlos.
¿El rombo genera inferioridad en defensa a los laterales?
El rombo provoca que la banda esté menos poblada y está claro que hay rivales que lo han sabido aprovechar para generar situaciones de dos contra uno. Pero creo que los interiores entendieron perfectamente cual era su función y ayudaron mucho en ese sentido. Creo que el nuevo sistema permite que las marcas sean más fijas y quizás haya que pensar algo menos porque hay más equipos que juegan con ese sistema. Como casi nadie juega con rombo tienes dificultades en algunos sitios para saber quien asume algunas marcas pero también le sucede a los rivales y creo que lo hemos hecho bien en muchos partidos.
El otro día hay tres cuatro ayudas de Borja Valle en defensa en la primera mitad muy interesantes.
Fueron unas acciones muy buenas. Es a lo que me refiero. En esa situación es bastante claro que el lateral se va a medir con el extremo y va a ser un duelo individual. Cuando juegas con rombo es más fácil que nosotros encontremos superioridades pero el rival también puede cogerte a ti en inferioridad. Las situaciones del juego no están tan emparejadas cuando juegas con rombo.
Jugaste en pretemporada como central y en Liga como lateral. ¿Cómo has llevado ese cambio?
Ante todo yo lo que quiero es gustar al entrenador y donde él te pone es donde mejor te ve. Empecé de central y creo que puedo jugar tranquilamente ahí, pero luego los tiros han ido hacia el lateral y es a lo que tengo que agarrarme. Toda la vida he jugado en banda y estoy entrenando ahí así que me toca competir de la mejor manera posible con David.
Se ha comentado mucho que por características quizás no encajabas en el perfil de lateral que buscaba Natxo.
Sinceramente creo que se parte de una etiqueta curiosa. En el momento en el que juegas de central y lateral se te encasilla desde fuera como lateral defensivo. A lo largo de mi carrera no me había pasado nunca, es bastante reciente. Natxo exige tener presencia arriba y recorrido y tenemos que cumplir con todo lo que nos pide.
¿Has notado esa etiqueta aquí en Coruña?
No es tanto una percepción que haya nacido aquí, sino más bien cuando empecé a jugar ahí en el Athletic. No es algo que me moleste, pero me resulta curioso que en el momento en que empiezas a alternar cambia la percepción general hacia uno. Pasa lo mismo con los extremos reconvertidos a laterales. La percepción es que no van a saber defender y he visto extremos defender realmente bien.
¿Cómo estás viendo a la pareja que forman Pablo Marí y Domingos Duarte?
Bien. Creo que han tenido mucha continuidad y lo han jugado casi todo. Han metido goles, han sufrido poco y por lo tanto creo que están haciendo un buen trabajo. Michele Somma también lo ha hecho bien cuando ha tenido que entrar. Pablo y Domingos son jugadores jóvenes y tiene mucho mérito la temporada que están haciendo.
¿Por qué decidiste continuar en el Dépor tras el descenso?
Al final valoras un montón de cosas. Tenía la opción de quedarme aquí o marcharme libre y mirar el mercado. Tuve una primera conversación con Carmelo del Pozo que al final es el que manda y creo que en el momento personal en el que estaba este es el sitio en el que quería jugar. Mi etapa aquí estaba empezando y no terminada. Me quedé muy a gusto con lo que se quería construir este año. Carmelo llegó con la idea de cambiar muchas cosas y las conversaciones con él fueron realmente buenas así que lo decidí bastante rápido. Me gustaría decirle a la gente que crea en este proyecto porque va a ir muy bien y estoy muy contento.
Vienes de dos equipos peculiares y que seguro que te han marcado mucho como el Eibar y el Athletic.
El Eibar fue como un sueño. Es algo que me encantaría contar a mis nietos porque fue algo increíble. Nos juntamos un entrenador y un grupo de jugadores que no podíamos imaginar como nos iba a cambiar la vida en tan poco tiempo. Para mí es muy importante haber pasado por esas categorías que muchos conocen como el barro. Gracias a eso ves que el hambre, la ilusión y la humildad son un muy buen camino para un jugador. El Athletic es un gigante aunque no gane ligas. El Athletic tiene todo y para nosotros es un sueño jugar allí. En los momentos malos es donde la cultura del trabajo y el compañerismo está muy interiorizada. Cuando has vivido eso sabes que con esos valores las cosas acaban funcionando y mi responsabilidad es llevarla conmigo allá donde vaya, y si además puedes contagiarla, mucho mejor.
¿Es clave que la gente que tiene menos minutos aporte cosas importantes al vestuario?
Para mí es clave y lo que debería ser siempre. En eso soy muy duro, franco o como lo quieras llamar. Un jugador no puede tener más derechos por el hecho de estar más o menos contento o más o menos frustrado. Nosotros firmamos un contrato que nos permite entrenar todos los días en Abegondo y nuestra responsabilidad es dar todo. Está bastante aceptado en el fútbol eso de que cuando eres suplente puedes poner una mala cara, que cuando estás sin convocar puedes irte del campo o que cuando estás fuera en tres partidos montas un pollo. Creo que son cosas que se han ido normalizando y para mí no son aceptables.
¿Cómo reaccionas ante esos comportamientos?
Yo no soy un matoncete ni nada por el estilo. Intento hacer lo mío de la manera más noble posible y si eso le sirve a algún compañero genial. Yo soy el primero que hago mil cagadas de todo tipo pero creo que los jugadores con más experiencia o las voces más autorizadas dentro de un vestuario tienen una responsabilidad mayor e influyen para bien o para mal. Esos jugadores tienen la capacidad de generar una atmósfera buena y de ahí no se va a salir el chaval de 20 años que llega y se encuentra con eso en un vestuario. Si llega y ve diez caminos diferentes dentro del vestuario puede escoger cualquiera y ahí está nuestra responsabilidad. Yo estoy muy contento con el vestuario de este año.
¿Te imaginas cómo puede ser celebrar un ascenso con esta afición?
Pues claro que me imagino. Me lo he imaginado muchas veces. Mi ciclo aquí tendría más sentido si lo conseguimos. Llegué aquí pensando que el Dépor tenía un equipo de la ostia y que no podía bajar. Era lo que veía desde fuera y después fue un sufrimiento con lesión incluida. Este año he tenido menos protagonismo en el campo de lo que esperaba pero deseo que el equipo logre el ascenso. Creo que va a ser un momento muy bueno para todos y el doble de bueno para los que descendimos.