El Deportivo navega esta semana entre dos puertos foráneos, pues a su visita a San Sebastián de los Reyes le continúa un atraque en Talavera. Dos partidos consecutivos a domicilio en los que el Dépor busca encontrar una nueva fórmula para parecerse al equipo que en Riazor impone su ley, algo que no ha conseguido hasta la fecha. No lo hizo con Borja Jiménez y no lo ha hecho con Óscar Cano. Porque pese a que la llegada del técnico granadino mejoró de manera evidente al colectivo al calor de su hogar, las sensaciones fuera de casa siguen siendo poco positivas.
Más allá de los 11 puntos de 24 posibles que el Deportivo ha conseguido con Cano lejos de A Coruña -un promedio de 1,37 que ya es peor que los 1,8 que consiguió Jiménez en las tres primeras salidas-, las preocupaciones en torno al equipo blanquiazul se cimentan cuando la lupa se pone en el juego. Porque en este sentido, el Dépor no ha encontrado la manera de parecer un equipo solvente. Ni siquiera cuando ha ganado sus encuentros a domicilio, salvo quizá en Fuenlabrada.
El bloque herculino no termina de firmar un choque redondo fuera de casa. Y su imagen dista mucho de la de ese equipo dominador, que avasalla en Riazor a base de producción ofensiva y control del rival. Sucede todo lo contrario fuera. Porque todo lo que ocurre en el campo tiene el fin de producir situaciones de gol y evitar que el contrario te las genere. Y a domicilio, el Dépor no logra ni una cosa, ni la otra.
Los datos del Deportivo lejos de Riazor en la etapa de Cano
Lejos de su feudo, el Deportivo de Cano es un equipo que concede bastante y genera relativamente poco. Así lo demuestran los datos de Instat, que cifran la media de goles esperados (xG) del conjunto coruñés fuera de casa en tan solo 0,73. Es decir, el conjunto herculino produce pocas ocasiones y de baja ‘calidad’, pues los goles esperados totales de un partido se obtienen sumando la probabilidad de cada situación de remate de acabar en gol.
No es de extrañar que el Dépor se quede lejos de alcanzar si quiera 1 gol esperado por partido, pues el equipo apenas supera los 7 remates por partido (7,38). De ellos, tan solo 2,75 van entre palos.
Sin embargo, esta baja producción no se ha visto reflejada en la cifra de goles a favor, pues el Deportivo está teniendo puntería: ha marcado 10 tantos en 8 salidas. O, lo que es lo mismo, 1,25 por partido. Esta media de goles reales es mucho más alta que la de esperados (0,73). Y eso equivale a efectividad. Y es que tan solo en las visitas a Valdebebas y al Matapiñonera acusó falta de pegada.
Pero si es preocupante la poca producción del equipo deportivista pese a su pegada, todavía lo es más si se compara con lo que concede el cuadro de Cano en área propia. Para empezar, el Deportivo únicamente ha sido capaz de generar más que su contrario -tanto en xG como en remates totales- en el duelo ante el Fuenlabrada. En el resto de choques ha producido lo mismo (Sanse) o menos (el resto) que sus rivales.
Tanto es así que los enemigos promedian el doble de goles esperados que el Deportivo. Mientras el conjunto coruñés produce los citados 0,73 xG, sus contrarios son capaces de generar ocasiones por valor de 1,41 xG, siempre según el modelo de Instat. El dato es de equipo de la zona baja que concede demasiado, aunque sus rivales únicamente le marcan de media 1,12 tantos por choque: 9 en 8 encuentros.
Evidentemente, esa mayor probabilidad de gol se ve reflejada en los remates. Porque los contrarios promedian 11,5 chuts. Además, han hecho trabajar a Ian Mackay o Edu Sousa 4,5 veces por partido con remates entre palos.
El Deportivo de casa y el de fuera, separados por un abismo
Más allá de los malos datos del Dépor a domicilio, lo que sorprende sobremanera es el enorme abismo que existe entre la versión del Deportivo de casa y la de fuera. En Riazor, el colectivo dirigido por Óscar Cano promedia unos impresionantes 2,39 goles esperados por partido. Es decir, más del triple que fuera. Además, a orillas del Atlántico el equipo herculino minimiza a sus rivales hasta dejarlos únicamente en 0,63 xG.
Esta alta probabilidad de gol del Deportivo se explica desde su media de 15 chuts por partido en casa. Mientras, los bajos goles esperados del rival responden a que el sistema defensivo de Cano tan solo concede 7 disparos a sus rivales cuando pisan el césped de A Coruña.
Precisamente por esta gran diferencia entre los partidos en casa y los de fuera, el Deportivo se ha movido en el mercado de invierno para ganar recursos en el plantel que le permitan ofrecer diferentes registros de juego. Y es que en Abegondo ya se da por hecho que es difícil de replicar allende las fronteras coruñesas la imagen del equipo que compite al calor de su hogar. De si consigue encontrar ese ‘plan B’ para mejorar su competitividad dependerán en buena manera sus opciones de ascenso. Este domingo, en Talavera, tiene la segunda oportunidad consecutiva para demostrar una evolución.