«No podemos pensar que nos enfrentamos a un equipo que está descendido», así de claro lo tiene Óscar Gilsanz. El Fabril se enfrenta este domingo 5 de mayo (12:00 horas) con el objetivo de conseguir la permanencia, eso sí, sin estar pendiente de transmisores para saber qué hacen el resto de rivales.
El filial herculino está actualmente en la décima posición, con un total de 41 puntos, a dos de la posición del playout. Justamente ese lugar lo ocupa el Marino de Luanco con 39 puntos. Hay más equipos implicados en la lucha como el Racing Villalbés, la Gimnástica de Torrelavega, Real Avilés Industrial y Coruxo.
En la última jornada, el Fabril visita al Real Oviedo Vetusta. Un equipo que como indicó Óscar Gilsanz, «no tiene ningún objetivo en la clasificación pero un filial siempre tiene objetivos, siempre está a medio camino entre la competitividad y la formación; y eso es para lo bueno y para lo malo. Cuando pierdes ese objetivo clasificatorio que perdió el Vetusta pero tienes jugadores en formación, que en muchos casos debutaron en Segunda División A con el primer equipo y que tratan de hacerse un hueco, lo hace un rival peligroso. Tiene mucha calidad individual también. El que no tenga objetivos en la clasificación le va a quitar presión pero van a jugar como acostumbran en cuanto a ritmo, a intensidad, a calidad…».
Por este motivo, el Fabril sale con un objetivo claro: ganar sin pensar en qué está pasando en el resto de campos. De hecho, hay varias combinaciones que hacen que el equipo de Óscar Gilsanz se salve.
Las cuentas del Fabril para salvarse en la última jornada
El Fabril necesita un punto para conseguir la permanencia esta última jornada. Los resultados cosechados ante los rivales directos hacen que un empate le sirva a los blanquiazules en caso de quedar igualados a puntos con Coruxo, Marino de Luanco y Avilés.
En caso de caer derrotados ante el Oviedo Vetusta, los blanquiazules dependerán del resto de resultados aunque teniendo también opciones. El peor de los escenarios sería caer a la plaza de playout, teniendo que jugarse la salvación en una eliminatoria contra uno de los rivales del otro grupo.