Durante toda la temporada – y antes también – se ha hablado mucho del exigente formato de la Segunda Federación desde la recomposición de las categorías no profesionales llevada a cabo por la RFEF. Grupos de 18 equipos donde hasta un tercio de los mismos pueden acabar descendidos cada año. Esto provoca situaciones tan particulares como la que vive ahora mismo el Fabril, que después de estar toda la temporada mirando hacia abajo y pensando en la permanencia, la buena racha reciente le permite no sólo tomar aire con la zona baja, sino incluso mirar hacia arriba.
La remontada ante el Valladolid Promesas con el golazo final de Nájera dejó tres puntos de oro para el equipo de Gilsanz, algo que acompañaron además los resultados del domingo para abrir una distancia interesante con el puesto de playout y el descenso directo. Cuatro puntos de margen tiene ahora con esa 13ª posición y uno más con la 14ª que ocupa el Vilalbés, el primero de los que se iría a Tercera Federación sin remedio.
Y aunque la tranquilidad para el Fabril sólo llegará con las matemáticas, son precisamente los números los que abren el espacio para la ilusión en el tramo final. Porque ahora mismo tiene a menor distancia el quinto puesto que da opción a pelear el ascenso que la zona roja. Si bien es cierto que hay cuatro equipos entre el filial blanquiazul y los puestos de privilegio, el próximo equipo que visita Abegondo es el Langreo, quinto clasificado con únicamente tres puntos más que los de Gilsanz.
Seis jornadas con todo en juego
Lo que no puede negársele a este formato es que mantiene la emoción hasta el final. Quedan ahora mismo seis jornadas para el final de la temporada regular y prácticamente todos los equipos tienen algo por lo que pelear… y que evitar. El Fabril recibirá al Langreo, al Guijuelo y al Pontevedra en Abegondo, mientras que visitará al Cayón, al Coruxo y al Oviedo Vetusta.