Fernando Vázquez (Castrofeito, 24 de octubre de 1954), entrenador del Deportivo, se pasó por nuestro programa ‘A balón parado’ para analizar la actualidad del conjunto herculino. Además de repasar diversos temas como la táctica o el tipo de juego que tiene en mente para el equipo, detalló muchas más cosas del día a día en el club.
Con Keko no necesitamos muchas preguntas, fuera del terreno de juego nos dejó grandes titulares. ¿Es tan personaje como vimos nosotros?
Sí, es un personaje. El año pasado no tuvo mucho protagonismo y a nivel de ánimo estaba un poco bajo. Pero cuando este año decide quedarse, lo asumió con todas las consecuencias. Además de lo que aporta a nivel futbolístico, en el vestuario es un cañón. Intenta dar ánimos, estar alto de energía… además es un chico que se cuida a las mil maravillas y hace el trabajo que tiene que hacer a la perfección.
Claro. En primer lugar, yo no me como a nadie. Mi puerta está abierta. Hablo con los jugadores y la relación es fluida. Porque me parece que es parte de mi trabajo. Hablamos, le expliqué lo que pasó el año pasado, por qué jugó menos… y le dije que este año iba a cambiar al estructura y que él encajaba perfectamente. Los futbolistas deben entender que a veces no juegan los mejores, sino los más adecuados en cada momento. Y el sistema del año pasado a él no le iba bien.
¿Te gusta que los jugadores acudan a ti para hablar de fútbol y de temas tácticos?
Claro. Les enseñamos sus actuaciones, explicamos a nivel individual… mi asistente David Sánchez es un monstruo en eso y lo hacemos siempre. El año pasado llamaba a muchos a mi despacho para hablar. Y siempre que hablamos de táctica, les digo que deberían tener una libreta para tomar apuntes, por si en un futuro quieren ser entrenadores. Les llegué a hacer exámenes por escrito para que contestaran.
Si un jugador comprende teóricamente algún concepto y después lo práctica, el conocimiento es superior. Si un mecánico es sólo mecánico de experiencia, pero no tiene estudios… el que tiene teoría y práctica siempre va a ser mejor. Un jugador debe comprender, debe ver, y a partir de ahí asimilar el concepto. Pensar. Y cuando entrene lo hará mejor, porque lo hará con comprensión y estará motivado. Si lo haces rutinariamente, no estás atendiendo“
¿Había suspensos en esos exámenes? Nos gustaría ver el de Emre Çolak…
Algún suspenso podía haber, pero en general son notables altos casi todos. ¿Çolak? Dejaba muchas en blanco.

Entendemos que cuando un entrenador manda hacer algo a un jugador, busca que lo haga no solo por la orden, si no entendiendo el motivo de hacerlo. Esto a lo que tal vez no se le da importancia, ¿notas que lo hacen comprendiendo lo que se les pide?
En el futuro, como parte de su formación, posiblemente vengan más preparado. O deberían. Es un objetivo que de momento no está cumplido. En edad juvenil, en filiales… esa formación sería muy interesante para un entrenador, porque sería mucho más fácil llevar sus ideas a la práctica. Ser entrenador es tener una idea, un ‘me gusta jugar así’. Pero, ¿cómo consigues que el equipo haga lo que tú quieres? Se trata de reconvertir una idea a ejercicios tácticos para que el equipo lo repita y el domingo lo haga natural. Si los jugadores saben a lo que me refiero y hablan mi mismo lenguaje, el trabajo será más fácil y tendría que entrenar menos esas cosas. Cansarlos menos, ser menos rutinario y que hubiera una parte más lúdica. Y de momento no puede ser así. A los futbolistas no les encanta entrenar táctica, hacer ejercicios de repetición organizados por líneas… es algo que los aburre bastante.
¿Qué balance haces de este arranque donde se han sumado siete puntos de nueve?
Bueno, siempre aspiras a ganar todos los partidos porque estamos con esa obligación. Pero estoy relativamente contento. Estamos lejos del objetivo que yo le proyecto al equipo a futuro, pienso que tiene mucho más. Pero soy consciente de las limitaciones de pretemporada, de cómo llegaron los futbolistas… lo importante es ir sacando puntos, no dejar atrás e ir comparándote con el otro grupo en todo caso. Porque como arrastras la clasificación… si pudieras llegar y casi no tener que jugar… se pueden dar casos increíbles. Si llegas con el máximo de puntos a la siguiente fase y el campeón del otro subgrupo llega con 40, puedes preparar las eliminatorias sin jugar. Es una barbaridad.
A estas alturas, con solo tres jornadas, prácticamente se va a consumir ya un cuarto de temporada. Sin duda, un año muy extraño.
Es extraña porque la hicieron extraña. No entiendo las razones y por qué tiene que haber subgrupos. No sé cual es el fundamento, también en Tercera… el tema del COVID, vale, lo hacemos así. Pero no arrastres la clasificación. Es estrambótico, raro, increíble… y después eliminatorias a un partido…
¿En qué momento está el equipo, a nivel físico y táctico?
Es difícil valorar eso, no sé cómo se puede medir. Pero intuyo y veo que no estamos del todo, podríamos estar al 70 o así. Pero tampoco quiero dar cifras, porque estoy hablando en contra y es hacerlo fácil para los meses que vienen. Desde mi punto de vista, el equipo no está perfecto ni al máximo nivel. Aparte de que unos futbolistas pueden estar a su nivel, pero en grupo no. Después también hay futbolistas que se están acercando, pero están lejos todavía. Aunque la pretemporada hubiera sido normal, todo el mundo sabe que se necesitan sobre un mes para que coger el ritmo competitivo, que es lo más importante. El ritmo, si tú te pones a bailar una muiñeira, hay que bailarla con ritmo de muiñeira, no con ritmo de sardana.

Llama la atención, y se repite incluso estos años, muchas veces en los partidos vemos que los jugadores fallan pases simples. Gestos técnicos, que supongo que a ti como entrenador te sorprende, ya que en Abegondo no fallan esos pases a cinco metros. Si ese pase va más lento o impreciso, ese plan puede fallar. ¿Por qué crees que pasan esas cosas?
Para empezar, no es lo mismo entrenar que competir. Para competir está el factor táctico que supone no tener siempre ayudas suficientes para que el pase ocurra. Y después está la técnica, ejecutar bien o mal. El pase a veces está relacionado con las ayudas de los futbolistas. Si no las hay, si no hay compañeros libres, el pase tiende a fallar.
Pero después hay un contexto que es la presión. No es algo que se pueda valorar, pero es fundamental. Todos los futbolistas del Deportivo que están ahora en Segunda B tienen expectativas que son normales. Pero claro, hasta que el equipo consiga desarrollar su fútbol pueden pasar varios partidos, pero la responsabilidad ya la sienten. Que somos el mejor equipo, que tenemos que ascender con la gorra… la sienten a nivel colectivo y a nivel individual.
Por poner un nombre, Celso Borges. Es internacional, ha jugado en Primera y ahora está en Segunda B. La sensación que debe tener en Segunda B es que tiene que dar ese nivel sí o sí, porque se lo están pidiendo. Esa responsabilidad a lo mejor no la sentía en Primera. Un jugador puede llegar a pensar, ‘soy futbolista de Primera y no me voy de nadie en Segunda B’. Y no sé, a nivel personal tu propia autoestima puede venirse abajo. Creo que esa presión, la de que todos los futbolistas quieren demostrar que son de Segunda, como mínimo, puede llevar a pensar que tienes que pasar por la Segunda B con facilidad y esa no es la realidad.
Analizando nosotros el Unionistas vs Deportivo, hablábamos de Beauvue. Que a lo mejor en su cabeza quedó en Segunda B, después de un verano con muchos comentarios sobre su futuro, da la sensación de querer hacer más cosas de las que tiene que hacer.
Sí, exactamente. Cuando tú juegas contra iguales, ¿no? Entonces puede pasar de todo. Pero para ello sería un error, claro, porque un jugador de Primera División o de Segunda División vaya a jugar a la Segunda División B es mi trabajo. Hay que tratar a los equipos rivales como iguales. No cómo si tú fueses superior o fueses mejor. La humildad de reconocerte igual para competir igual, porque aquellos que piensan -ya lo tengo expresado muchas veces en ruedas de prensa, claro-… Porque es la realidad.
Vayamos por ejemplo al fútbol internacional. Todo el mundo reconoce a la selección francesa, a la selección española… Cualquier aficionado los ve en la televisión. Bueno, España va a jugar contra Azerbaiyán. Nadie conoce a los jugadores de Azerbaiyán, o a los de Armenia. La tendencia, cuando tú desconoces algo, es a despreciarlo. A minusvalorarlo. Por lo tanto, para un deportivista todo el mundo -no sólo los deportivistas, también los de fuera de A Coruña, los de fuera de Galicia- le pone cara a mis jugadores. Saben quien es Miku, sabe quien es Celso Borges, sabe quien es Álex Bergantiños, sabe quien es Borja Granero… ¿Entiendes? Entonces, como los ponen nombre o los vieron jugar dan por hecho que son buenos jugadores. Y aquellos jugadores de Segunda B, que muchos veréis como algún día estarán en Segunda División, porque tienen 20, 21, 22 años… Estos jugadores no son conocidos, y como no los conocen ya no tienen nivel. Es un poco el pensamiento del ‘no podemos caer’. Yo digo: estáis equivocados. En Segunda B hay muy buenos futbolistas. Que pueden estar transitoriamente -ser de Segunda A- e incluso llegar a Primera. Hay muy buenos entrenadores, y por tanto, puede llevar a engaños que a los míos le pongan cara pero al resto no se la pongáis. Por ser desconocidos no significa que sean malos. Esa ecuación no funciona.
Las expectativas deportivas son tan exageradas. Y luego se lleva la otra parte de que los demás son desconocidos y por lo tanto, claro, tenemos no sólo que ganar partidos si no que me parecía -en el ideal del aficionado- que teníamos que ganar por goleada. La situación no es correcta, eso no va a ocurrir. Nunca porque si veis partidos de Copa, por ejemplo, entre equipos de Primera División y Segunda B, eso no pasa. En el fútbol actual no pasa.
Aunque el equipo no esté al cien por cien, apuestas por la continuidad. Algunos esperaban cambios después del empate contra el Compos, pero hasta el parón da la sensación que quieres dar continuidad al equipo con el que empezaste, más allá de las lesiones.
Bueno, sí. Yo siempre actué así, quiero decir, pongo al futbolista y no soy de aquellos que lo sacarían al día siguiente. Lo vuelvo a poner, quiero decir, les doy unos partidos para que cojan confianza, seguridad. Salvo que alguna cosa sea un desastre, evidentemente, pero eso, les voy dando partidos, confianza y en base a eso valoro si es necesaria alguna modificación. Si el equipo permanece igual de estructura, soy un poco reacio, de inicio, por un mal partido que tenga un futbolista a cambiarlo. Cuando pasen 4, 5 partidos puedo valorar. Esto no quiere decir que no vaya a variar el domingo, pero evidentemente estoy exponiendo mi línea de actuación. Para que me entendáis un poco.

¿Entiendes que pueda haber críticas ante los pocos minutos que están teniendo hasta ahora jugadores como Borja Galán o Gandoy?
Evidentemente un entrenador tiene unos números claros. Siempre se puede criticar porque no juegue un jugador o juegue un jugador. Realmente tienes 10 futbolistas de campo. El reglamento te permite jugar con más, y por tanto, alguien tiene que quedarse en el banquillo. Este año hay 5 cambios, y por tanto, la posibilidad de modificar el equipo está ahí, con lo que todos los futbolistas tienen que estar bien.
En el área deportiva le di posibilidades y opciones a casi todos los jugadores. No tengo problemas por eso, pero evidentemente, hay que esperar. Borja Galán, por ejemplo, es un jugador que estuvo lesionado un cierto tiempo, etc, etc. Gandoy, que me encantaría que triunfara, el primero que está pensando en ver triunfar a Gandoy soy yo. Pero, desgraciadamente, es a mí a quien le toca escoger los tiempos. Y bueno, estos son los que son.
Te veíamos trabajar con el 4-4-2, el año pasado decías que con tres atrás no querías jugar así. El Dépor que visualiza Fernando Vázquez, esa mejor versión, ¿es ese 4-4-2 o es más flexible?
Eres entrenador, estudias a un equipo, llegas y ves la plantilla, ¿no? Entonces, en esa plantilla valoras los puntos fuertes. A ver, tienes cuatro delanteros teóricamente -cuando estén a pleno rendimiento- buenos. Tienes tantos centrales, tienes tantos mediocentros… Bueno, entonces intentas hacer un equipo con el mayor potencial posible y los mejores futbolistas que tienes. A mí al principio me parecía no sólo lo que hacía para entrenar. Si tú entrenas una línea de 4 da igual que sea de 4, de 5, de 3… El mecanismo de funcionamiento a nivel táctico o defensa zonal es parecido. Yo sigo considerando que cuando Miku llegue a su nivel, cuando Rui Costa llegue a su nivel, si llega Rolan y puede jugar algunos partidos y tengo a Adrián Castro… Evidentemente tengo potencial ahí arriba. Por lo tanto, jugar con dos puntas es algo que pensaba hacer.
Puede ser un 4-4-2 evidentemente, pero no tiene porqué ser siempre un 4-4-2. Para jugar con dos puntas no tiene porque ser necesariamente un 4-4-2 el sistema. Jugar con 2 puntas es una posibilidad grande en el Dépor actual, está claro, porque tengo mucho potencial ahí.
Lo que está claro, es que defensivamente el equipo tiene centrales que son de otra categoría. Estarás satisfecho con el equipo que solo encajó un gol hasta el momento.
Bueno, defensivamente está claro que no estamos en Primera ni Segunda y puede ser más fácil. Pero estamos muy capacitados si nos replegamos. La idea que intento, aunque no lo parezca, yo pretendo, de inicio, que mi equipo defendiera alto. Me está costando. Quería que mi equipo, en lugar de estar parado en un sitio, que fuera un equipo dinámico en defensa, estar donde esté la pelota. Poder robar bastante más alto.
Lo digo porque si tú robas alto, no tienes que pasar tiempo intentando construir, creando espacios para poder tener una opción de remate y marcar. Si robas alto, evidentemente es un simple contraataque corto con lo que evitaríamos tener que dominar. Es imponer tu defensa sobre el inicio del rival y poder robar con facilidad. Es una situación que de momento no estoy consiguiendo.
¿Qué es lo que falla para no poder presionar tan alto?
Hubo momentos en que lo hicimos bien, la idea algo sí que se nota. El Dépor a nivel defensivo no se comporta como el año pasado. Los partidos del año pasado éramos un equipo que presionábamos 5 segundos y replegábamos. Ahora estamos intentando que el equipo se quede arriba. Eso lleva tempo. No es solo cuestión de coordinarse. Es voluntad, confianza, sentirse cómodos… eso es algo que está en mi cabeza y es el debate con el equipo. Cuando lo hagamos una vez durante 60 minutos, puede que no nos dé resultado… pero quiero verlo en un partido y ver que no da resultado. Y al final a lo mejor hay que cambiar de estrategia. Pero quiero que el equipo lo intente y nos está costando.
¿Crees que el equipo está cómodo con este tipo de sistema?
Por eso digo que esto de ser entrenador no es querer una cosa y que el equipo la haga… hay que correr, estar concentrado, perder la pelota y transitar rápido… es coordinarse como grupo. Y después hay que tener la capacidad de asumir riesgos. Para presionar alto en el área contraria, los centrales tienen que estar en centro del campo. Las espaldas de los mediocentros quedarían descubiertas… tienes que buscar soluciones para evitar contraataques.
Estoy expresando algo interno, esa pelea que estoy teniendo como entrenador con el equipo ¿Tengo futbolistas para hacer eso? Esa pregunta me la he hecho y considero que los tengo. Hasta que me demuestren que por ese camino no… hasta que se vea que no en el terreno de juego… En Salamanca replegamos. Esa asignatura ya la tenemos aprobada. Pero quiero poner al equipo en una situación incómoda. Presión alta, que el futbolista no pueda descansar. Que pierdas la pelota y tengas que seguir, sin acomodarte. Porque como rompa un eslabón, tienes que irte al área a proteger una contra.
Quiero darle al equipo la capacidad de poner una trinchera en el mediocampo y que el rival sea incapaz de superarla. Lo otro ya lo tengo, porque también es más fácil. Pero si lo haces, tienes que contraatacar desde más lejos. Yo quiero contraataques cortes, no tener ataque posicional, que no tenga que crear los espacios porque ese robo alto ya nos conceda facilidad para hacer gol.
Hablando de la cantera, ¿hay algún jugador más desconocido que te haya hecho tilín?
Hay un chaval, un central, en el que tenemos ciertas esperanzas. Está entrenando con nosotros, ya es titular en el Fabril, Juan Rodríguez. Además estoy subiendo futbolistas, entre ellos y el juvenil, incluso el cadete, un internacional con unas condiciones muy interesantes. Estoy intentando confeccionar una selección, un pequeño equipo de canteranos para quizá en algún momento hacer alguna sesión con ellos. Prepararlos para jugar contra nosotros. Si algo me gusta y creo que se podía aprovechar esa desgracia de estar en Segunda B, es construir un Deportivo en el que la cantera tenga un peso importante. Eso no se hace en dos o tres días, es una cuestión de tiempo. Lo importante es el concepto o la filosofía, y tampoco lo hace un entrenador. Por donde pasé saqué siempre chavales, da igual la categoría, y en el Deportivo me gustaría hacer lo mismo.
El deportivismo, como club y como afición, deberíamos plantearnos como objetivo en los próximos años, que el 20% fuese de la cantera. Esto tiene que ser compromiso no solo del entrenador, también del club e ir avanzando. Con un 30-40%, estaría encantado de hacer un proyecto así.
¿Estás notando críticas tan exageradas desde la prensa?
El año pasado sentíamos que la afición estaba de forma incondicional, creían en la remontada, en el equipo. Ahora sí me llega algo, muy liviano, pero esa sensación, ese deportivismo que está con el equipo pase lo que pase, es muy importante que el equipo sepa que confían en él. Es importante que la afición crea que sí vamos a conseguirlo y que apoyen al equipo.
La gente que escribe una crónica, una crítica… a mi no me importa. Sí me importa la influencia de esa opinión en la gente, por eso pido que me hagan caso a mi y no a una crítica periodística.
No vamos a conseguir el objetivo en octubre, lo conseguiremos en abril o mayo. Si todos creen que lo van a conseguir y apoyan… habrá altibajos y perderemos partidos, claro que sí, pero si seguimos confiando los jugadores van a ser mejores. Es la profecía autocumplida que dije el otro día. A los futbolistas les llega, todo el mundo quiere sentirse apoyado, que tengan confianza en ellos.