Florín Andone aterrizó el pasado verano en A Coruña procedente del Córdoba, previo pago de 4,5 millones de euros por el 75% de sus derechos federativos al club andaluz. El rumano venía de firmar la mejor temporada de su vida, anotando 21 goles en Segunda División, lo que le llevó a ser convocado por Anghel Iordanescu para disputar la Eurocopa de Francia 2016.
A priori, su misión principal en este primer año como blanquiazul iba a ser foguearse en Primera División como recambio –o complemento- para Lucas Pérez, referente del equipo en la punta de ataque. Sin embargo, la salida del de Monelos rumbo al Arsenal, le obligaría a asumir un rol mucho más importante desde el primer minuto.
Así las cosas, Andone ya ostentó la titularidad desde el enfrentamiento de la segunda jornada frente al Betis, preludio en gran medida acertado de lo que sería posteriormente su temporada: un Dépor cerrado atrás, con las líneas juntas, confiando sus opciones ofensivas al balón parado y a las tentativas en solitario del rumano.
El club se reforzó al término del mercado de fichajes con Joselu, para acompañar a Andone en la delantera. Sin embargo, la mala fortuna quiso que el delantero gallego se lesionara de gravedad a los pocos minutos de su debut frente al Athletic Club, por lo que el rumano volvía a estar solo de nuevo. Ese preciso día pudo anotar su primer gol con la elástica blanquiazul, pero su gol en los instantes finales fue anulado por fuera de juego inexistente.
Ya fuera por la presión de sentirse la única referencia ofensiva, las injusticias arbitrales o la mala fortuna que desviaba sus remates a la madera, los tantos tardaron en llegar. No anotaría el primero para su cuenta particular hasta la undécima jornada, cuando batió al Memo Ochoa en el empate frente al Granada, equipo talismán de su carrera. El punta, había anotado sus primeros goles como profesional ante el filial y el primer equipo nazarí.
Comenzó entonces una buena racha goleadora para Florín, que consiguió perforar la meta contraria ante Sevilla, Málaga, Real Sociedad y Osasuna de forma consecutiva. Una circunstancia que se traduciría en buenos resultados especialmente en el mes de diciembre, en el cual el Deportivo brilló en gran medida, gracias a la sociedad Babel-Andone.
Sin embargo, Babel abandonó la nave blanquiazul a final de año y la magia desapareció al mismo tiempo que la puntería de Andone en los metros finales. A pesar de algunas buenas actuaciones y goles aislados, que se tradujeron en puntos logrados ante UD Las Palmas y Atlético de Madrid y su incansable lucha sobre el césped, no se volvió a ver en él el acierto goleador mostrado en las últimas jornadas de 2016.
Tras la llegada de Pepe Mel, Andone alternó por primera vez desde su llegada titularidades con suplencias. No obstante, el efecto positivo generado por el nuevo entrenador duró apenas cuatro jornadas y Florín volvió a escena en detrimento de Joselu. Sin embargo, su tramo final de temporada, al nivel del resto del equipo, no estuvo a la altura de las expectativas. Durante la última jornada, en la que anotó un doblete, dejó patente con su celebración su descontento con las críticas recibidas por parte de un sector de la afición blanquiazul, hastiada en su conjunto por el pésimo tramo final de temporada.
Andone calificó, una vez conseguida la salvación, con un 6,5 la temporada realizada a nivel individual y colectivo. Atendiendo unicamente al plano que refiere al ex del Córdoba, su valoración parece acertada. Los doce goles -ninguno de ellos desde los 11 metros- anotados en su primera temporada en Primera División, con apenas 23 años y el esfuerzo encomiable ofrecido partido tras partido han satisfecho las expectativas del club coruñés, le han convertido en uno de los jugadores mas destacados del equipo y han llamado la atención de varios clubes europeos que han apuntado su nombre en la agenda de fichajes. Sin embargo, Tino Fernández lo tiene claro: «El que quiera a Andone, que venga con la cláusula».