En 1998 llegaba al mundo Guillermo May. Y lo hacía en Pocitos, uno de los mejores barrios de Montevideo. No era un año cualquiera para el país, la selección nacional se había quedado a las puertas de la cita mundialista. Y para remediar aquello, por aquel entonces, ya había gente trabajando con las futuras estrellas del combinado charrúa. Uno de ellos, uno de los más conocidos, era Rudy Rodríguez. Prestigioso técnico del fútbol uruguayo, con dilatada trayectoria en las inferiores de la selección y de clubes locales como Nacional o River Plate, «pronto» coincidiría también, y curiosamente, con el ahora jugador del Fabril.
«Lo pude dirigir cuando ingresó en Nacional, en la categoría sub-14, y después lo recibí en la sub-19 y lo tuve durante dos años más, que se terminaron ahora con la conquista de la Copa Libertadores (sub-20), donde cuajó una buena actuación». Así se explica el inicio y el final del vínculo entrenador-jugador, May-Rodríguez. Pocas personas conocen mejor a Guille que Rudy. Y con él hemos querido charlar para que nos hable de un delantero que esta misma semana se pondrá a las órdenes de Tito Ramallo en el filial.
Antes de nada, antes de desmenuzar sus virtudes y defectos, Rudy cuenta una anécdota que define la manera que tiene May de sentir y vivir el fútbol. «En un encuentro, las ramas de un árbol penetraban al terreno de juego y la pelota derivó hacia ahí, pegó en la rama y Guillermo se aprovechó de la situación. Convirtió el gol, producto de la distracción que provocó eso», narra entre risas. «En un principio lo habían dado como válido, pero después, por las protestas, fue anulado y, ante tanta discusión, Guillermo terminó siendo expulsado«.
Hablando más en serio, preguntándole ya por sus cualidades futbolísticas, Rudy lo define como «un jugador potente, cuya pierna hábil es la izquierda. Pese a no tener una gran altura, tiene un buen juego aéreo. En los equipos donde lo dirigí participó como segundo punta y en alguna ocasión volcado sobre la banda izquierda, aprovechando su velocidad, su buen duelo en el uno contra uno. Tiene un porcentaje interesante en lo que es la definición, en la conversión del gol y es un chico que ha evolucionado. Entrena siempre en sus máximas posibilidades, así que confío en que puede darle una buena mano», asegura.
El técnico cree que May debe mejorar «en la transición defensiva. Lo hace muy bien de defensa a ataque, pasa muy bien, muy hábil, muy rápido, oportuno en salir al contragolpe. Acá ha convertido en todas las subdivisionales que jugó, siempre tuvo un promedio importante en la conversión del gol, pero creo que las dos cosas que debe mejorar son el regreso y, por momentos también, los enojos, se ofusca y a veces eso lo perjudica».
¿Qué se puede esperar de él? ¿Lo ve rindiendo en España? «Él terminó haciendo una temporada muy buena acá y ha mostrado una madurez, una evolución importante. Considero que es el momento ideal para que él intente dar el paso de concretar en un medio más exigente, con un nivel de juego ya de Primera División, porque ha hecho toda la preparación, ha hecho toda la escalera ascendente acá en Nacional, y siempre con un buen destaque«.
Para ello, y como formador, Rudy le otorga mucha importancia a un factor decisivo: «cuando hablamos de entre dieciocho y veinte años, ese poder de adaptación a la exigencia que esté planteando, no solo la exigencia táctica de su entrenador, sino el propio acople que él pueda hacer con sus compañeros«. Y se muestra optimista: «confío en lo que es su entrega, su deseo de superación, y creo que son puntos muy importantes para un chico que va con una ilusión muy grande a buscar justamente eso: hacerse con un lugar en el primer equipo«.
Una prueba en el Borussia Dortmund
Cuenta que el Dépor no es el primer club europeo que se fija en Guillermo May; hace 1 año y medio, el Borussia Dortmund también puso sus ojos en él. «Fue en un torneo de Internacional, en Porto Alegre. Regresamos de allá y él justamente tuvo esa posibilidad de ir al Borussia». Incluso acudió a las instalaciones del club germano a realizar unos entrenamientos, pero no tuvo suerte. «No sé si fue por razones que de repente un compañero lo superó o si no llegó a plasmar el deseo de la institución. No sabría con propiedad». Y resalta lo positivo: «fue una buena experiencia«. Palabra de Rudy Rodríguez. Palabra de formador.