Lionel Messi, para muchos el mejor futbolista de todos los tiempos, necesitó disputar seis partidos de Liga en el Santiago Bernabéu (520 minutos) para sumar cuatro goles en el feudo madridista. Joselu Sanmartín Mato, un joven de Silleda que trata de relanzar su carrera en el Dépor, ha sido capaz de igualar esa cifra en la mitad de encuentros y el 10% de los minutos que precisó el astro argentino. Con los dos del pasado sábado, el ariete gallego totaliza cuatro dianas en el campo del Real Madrid, logradas en sólo tres apariciones y 50 minutos.
Obviamente, la comparación no es justa y no deja de ser una curiosidad. Es más sencillo conseguir tantos en el estadio merengue como local que cuando uno juega allí como visitante. Pero la puntería de Joselu en el santuario blanco es digna de análisis. Debutó en Primera División en un Real Madrid – Almería, en mayo de 2011. En el minuto 84, con 7-1 en el marcador y todo decidido, José Mourinho utilizó su último cambio para darle la alternativa, sustituyendo a Karim Benzema. Tardó poco más de dos minutos en marcar.
Joselu sólo tendría una oportunidad más con el primer equipo madridista. Llegó más de medio año más tarde y en un partido de Copa del Rey. El rival era la Ponferradina y el punta volvió a reemplazar a Benzema, esta vez en el minuto 78, con 5-1 en el electrónico. Su olfato en el Bernabéu volvió a demostrarse infalible: no pasaron más que unos segundos hasta que envió el balón al fondo de las redes.
La tercera intervención de Joselu Mato en el coliseo de Concha Espina fue también la primera en calidad de visitante. En el minuto 58, ocho después de que Álvaro Morata anotase el 1-0, Gaizka Garitano decidió asumir riesgos retirando del campo a Emre Çolak para jugar con dos arietes natos, Florin Andone y el propio Joselu. Siete minutos más tarde, el jugador cedido por el Stoke City había puesto patas arriba la que fue su casa, con un sensacional doblete que a punto estuvo de dar una histórica victoria al Dépor.
Tres encuentros, 50 minutos, cuatro goles. Un registro tan curioso como espectacular, que probablemente provocará un murmullo de inquietud la próxima vez que el espigado atacante ponga un pie sobre el césped del Santiago Bernabéu. Un estadio que, sin duda alguna, es talismán para él; sea cual sea la camiseta que vista.