Ya se conoce la petición de condena para los implicados en el Levante – Zaragoza de 2011 que terminó con la salvación de los aragoneses y el descenso del Deportivo. Casi siete años después, la Fiscalía ha propuesto la siguiente condena: dos años de cárcel para cada jugador que participó en el encuentro y seis años de inhabilitación para todo lo relacionado con el fútbol. Es decir, no podrían ni jugar, ni entrenar, ni ejercer ningún tipo de cargo directivo.
En aquella última jornada de la temporada 2010-2011, seis equipos (Osasuna, Mallorca, Real Sociedad, Getafe, Deportivo y Zaragoza) luchaban por escapar de la 18ª plaza, que suponía el descenso a Segunda División. Los maños, precisamente los peor colocados, visitaban a un Levante ya salvado y lograron vencer por 1-2 gracias a dos golazos de Gabi -actual capitán del Atlético de Madrid-. El Deportivo, que jugaba en Riazor y recibía a un Valencia que no se jugaba nada, fue incapaz de puntuar y terminó descendiendo.
Según fuentes de la Fiscalía, «difícilmente se dará un caso más claro sin mediar una confesión»: «si una trama así no llegaba a juicio era casi mejor retirar el amaño deportivo del Código Penal». Para el fiscal, el Zaragoza se salvó a cambio de 965.000€, que fueron depositados en las cuentas de varios jugadores maños y también de su entrenador -Javier Aguirre- para después ser entregados en mano al presidente Agapito Iglesias. Aunque al dinero se le perdió después la pista, para los investigadores resulta sospechoso que los jugadores del Levante disfrutaron de unas vacaciones demasiado baratas: si en el año anterior había casos con gastos de 200.000€, en 2011 apenas sacaron dinero en todo el verano.
Uno de los hombres involucrados en aquel partido y por lo tanto también investigado como sospechoso es Gustavo Munúa, actual entrenador del Fabril y por entonces guardameta titular del Levante.