Inmenso: dícese de algo «muy grande o muy difícil de medir o contar». Inmenso: dícese de Pablo Vázquez en este inicio de temporada. El central del Deportivo se vertebra en torno al 1,85 metros y unos 80 kilos de peso, números que convierten en más que obvia su relación con el adjetivo. Pero la inmensidad del valenciano está yendo mucho más allá de una cuestión física. Porque el defensor se está transformando en el jerarca de un sistema defensivo que ha sostenido al Dépor en muchos malos momentos. Pero también se ha erigido en una de las grandes amenazas ofensivas del equipo. Un dos en uno con una influencia que lo abarca todo.
Aunque inmenso esté vinculado a las dificultades para ser medido, lo cierto es que las sensaciones que ofrece Pablo Vázquez se transforman en unos datos tan tangibles como llamativos. Para empezar, en lo que tiene que ver estrictamente con la fase sin balón. El central deportivista posee el quinto mejor registro del Grupo 1 en lo que tiene que ver con éxito en los duelos defensivos y el séptimo de toda la categoría. A pesar de no ser uno de los futbolistas con más necesidad de intervenir en este tipo de acciones para ganar la posesión, Vázquez maneja un acierto del 78%. Es decir, gana casi 8 de cada 10 acciones cuando es retado por un rival.
Parte de su éxito radica en el poderío que está mostrando el de Gandía en los balones aéreos. A día de hoy nadie gana más duelos por alto que él. Pablo firma un 77,78% de éxito -siempre según datos de Wyscout-. El porcentaje es idéntico al de Fer Román, del Sanluqueño, y Juande Rivas, del Málaga. Es decir, en el Grupo 1 nadie le iguala. De hecho, quien más cerca se queda es otro deportivista como José Ángel Jurado (75,68%).
Pero esa preponderancia aérea no le hace ser solo el bastión defensivo del Deportivo. Pablo Vázquez va más allá y se ha convertido también en una de las grandes referencias blanquiazules para hacer daño a los rivales en su área. El central es, junto a Valcarce, el máximo goleador del equipo con 2 dianas. Sus goles han permitido al equipo sumar 2 empates: contra el Cornellà y frente a la Ponferradina.
El primero de ellos permitió romper al equipo una sequía de 3 partidos sin ver puerta en Riazor. De hecho, es el único gol materializado por el conjunto herculino en casa. Con su segundo tanto, el Deportivo rascó un empate en El Toralín con uno menos. Un resultado que le permitió cambiar, por el momento, una tendencia tremendamente negativa.
El peligro de Pablo Vázquez
Sus 2 tantos pueden parecer meras anécdotas a estas alturas de temporada. Pero no lo son. Porque Pablo Vázquez es el segundo futbolista del Deportivo con más expectativa de gol (xG) acumulada. Es decir, tan solo Lucas Pérez ha tenido un volumen de ocasiones más claras que el ex del Cartagena. Mientras el de Monelos ha rematado 13 veces en posiciones que le otorgaban una probabilidad de 2 xG, los goles esperados del defensor son de 1,19 según el modelo de Wyscout.
La cifra es superior a la de atacantes como Martín Ochoa (1,17) o David Mella (0,92) o Pablo Valcarce (0,89). Algo que habla bien del defensor y del balón parado del equipo, pero no tanto de la capacidad colectiva para generar en juego corrido.
¿Por qué Vázquez acumula una cifra de goles esperados tan elevada para un defensa central a estas alturas? Porque ha sido capaz de ejecutar ya 8 disparos. Alguno, con el pie, como ese disparo que probó ante el Teruel tras anticiparse a su par con un robo alto, driblar a un contrario, entrar en el área y golpear con su derecha. Pero la mayoría han llegado con la testa. Concretamente, 6 de ellos.
Esta media docena de remates con la cabeza le convierten en el futbolista más peligroso del Grupo 1, ya que solo el punta Clau Mendes (Cornellà) y el central César Morgado (Lugo) le igualan. Además, es el cuarto de la categoría en esta estadística, solo superado por los atacantes Aquino (San Fernando), Nsue (Intercity) y Dani García (Melilla).
Esos cabezazos son uno de los grandes argumentos del Deportivo en área propia, pero también en la ajena. Influenciar en las dos orillas, donde se cuecen las habas. No hay mayor inmensidad en el fútbol que esa. Y solo futbolistas como Pablo Vázquez, el central que vino a tapar carencias, pueden presumir de ella.