Sacamos la libreta y analizamos algunos detalles que dejó el Deportivo 2-3 Extremadura. El equipo de Fernando Vázquez cosechó su segunda derrota en esta reentré de la competición, pero ¿qué sucedió a lo largo de los 90 minutos? Ponemos el foco en cuatro claves:
Imprecisión
Es difícil explicar el Deportivo-Extremadura a través de cuestiones tácticas. Sin embargo, uno apreciará que algunos de los errores cometidos por el Dépor recuerdan a los del pasado. Son viejos problemas. Igual que sucediera ante el Málaga, en esta jornada el equipo coruñés estuvo impreciso. No en vano, perdió un total de 112 balones; una cifra que está por encima incluso de su media de la temporada. Y no solo eso, hay otro dato llamativo: su máximo exponente en este partido fue Ager Aketxe, con 21.
Pero más allá de la cantidad, hay que fijarse en lo importante: dónde sufrió esas pérdidas el Dépor y qué consecuencias tuvieron. Porque muchas de esas malas entregas y muchos de esos robos del Extremadura provocaron ocasiones para el equipo de Manu Mosquera. Sin ir más lejos, el 2-3 llegó así.

Cuando te juegas tanto, cada punto cuenta. En la previa, probablemente nadie hubiese firmado el empate contra el Extremadura, sin embargo, por cómo se dio el partido, el punto no era del todo malo. Porque “si no puedes ganar, empata”. Y al Dépor se le escapó el empate en el descuento.
Desde el 1-0 de David Simón (minuto 3) hasta el descanso, el Dépor apenas volvió a inquietar a Gonzalo Collao. Un cabezazo sin peligro de Mollejo, un disparo tímido de Sabin desde fuera del área, una falta desviada de Aketxe y un cabezazo blando de Bóveda, ese fue el pobre balance de remates. Pero al Dépor parecía no importarle, seguía replegado, cómodo con el 1-0, con el ritmo bajo de juego, sin salir a buscar el segundo, sin salir a cerrar el partido.
Eso fue en el primer tiempo. En el segundo llegaron las prisas y los excesos. Porque a diferencia de otros días, Fernando no supo leer los momentos, ni antes ni después. Con el primer aviso del Extremadura, con el 1-1, el Dépor adelantó la defensa, y ya no la retrasó más. Ni siquiera con el 2-2, ni siquiera en el descuento. Siguió volcado en ataque, pecó de ambicioso y dejó muchos espacios a sus espaldas.
Curiosamente, en ese tramo de partido ya no estaba Mujaid sobre el campo -fue sustituido a los 58 minutos-. El central riojano es el mejor a campo abierto, corrige como ningún otro defensor del Dépor, por velocidad e inteligencia.

Así las cosas, el 2-3 llegó con el Dépor buscando el 3-2. En el origen de la jugada hubo una pérdida. A Ager Aketxe, justo de fuerzas, se le escapó la pelota en campo rival, y su fallo acabó provocando el contraataque del Extremadura. Álex Bergantiños y Montero saltaron al poseedor de balón (Adrián Torres), ninguno fue capaz de frenar el ataque, y esto provocó un 2 vs 2 de Airam y Pinchi contra Bóveda y Dani Giménez. La jugada terminó con un disparo del canterano deportivista a las manos del meta vigués, que pecó de blando e introdujo el balón en su propia portería.

Los otros goles del rival
En los otros dos goles del Extremadura hay que mencionar, sobre todo, errores individuales. El 1-1 llegó a la salida de un córner. Cristian Rodríguez la colgó al segundo palo y Dani Giménez se impuso por arriba, pero fue incapaz de retener el balón, se le escapó entre los dedos. Un error garrafal que provocó la igualada del equipo azulgrana.

En el 1-2, Gonzalo Collao atrapó un disparo de Emre Çolak y golpeó en largo hacia la posición de Airam Cabrera, ubicado en el perfil diestro del ataque. Montero no midió bien ese envío frontal, y fue superado por el extremo canario, que tuvo espacio y tiempo para habilitar a Óscar Pinchi.

Aketxe, desaparecido
En La Rosaleda no estuvo el Ager Aketxe salvador y decisivo, y ante el Extremadura se repitió la escena. El centrocampista de Getxo había vuelto del confinamiento a un nivel escandaloso. Sin embargo, los 539 minutos que lleva acumulados en los últimos ocho partidos le están pasando factura ya. Es raro ver un libre directo suyo que no pille portería, y este domingo sucedió. Es raro verle perdonar un remate franco en el área rival, y este domingo sucedió. A diferencia de otras jornadas, Ager ya no lleva la iniciativa en ataque. O al menos no con tanta eficacia. Y el Dépor lo echa de menos.
Factor mental
Si había un momento malo e inoportuno para fallar era este. Hasta el partido de La Rosaleda, el Dépor llegaba al último tramo de los partidos más entero que sus rivales. En total, tirando de números, en este fútbol poscovid-19, el equipo coruñés ha rescatado 5 puntos a partir del minuto 90, y ha sumado nueve puntos tras colocarse por detrás en el marcador. Sin embargo, frente al Extremadura, no fue capaz de reaccionar, de creer que sí se podía. El hecho de ver el objetivo tan cerca, a veces, hace que se complique, que parezca finiquitado cuando no lo está. Y ahí entra en juego la relajación. Desde aquella victoria vs Huesca, el Dépor no ha vuelto a ser el que era. ¿Cuánto hay de factor mental y cuánto de físico? ¿Cómo llegará el Dépor a la cita de Anduva? Es difícil imaginarlo.
Sin embargo, los datos no engañan, y hay dos muy claros: el 1 de enero, el Deportivo era colista y tenía la permanencia a 7 puntos. Hoy, 13 de julio, está fuera de los puestos de descenso y depende de sí mismo. Es verdad que no hay margen de maniobra y el tiempo se comprime, pero este equipo, capaz de lo mejor y lo peor, ya ha firmado una remontada histórica. Ahora le falta finiquitarla. Es el paso más difícil, pero que nadie lo olvide: este Dépor ya ha salido de una situación peor. Hasta el final, todos a una.