Nueva edición de la columna de Dani Cancela, ex del Depor y coruñés, ahora enrolado en las filas del Kitchee de Hong Kong desde hace una década. Su rutina también se ha visto afectada por la pandemia y os traemos un serial titulado ‘Desde la (semi) burbuja’. En esta ocasión, nuestro protagonista reflexiona sobre la maldición que sufre el Deportivo en el lateral izquierdo.
Este fin de semana empecé mi temporada número 11 en Hong Kong. Da vértigo solo de pensarlo. Hace diez años vinimos por una temporada, a ver qué pasa, y ahora ya puedo decir que llevo más de media vida deportiva jugando en el Kitchee.
Aquel 28 de agosto de 2010, mientras yo jugaba mis primeros minutos oficiales con el Kitchee en el Yuen Long Stadium, a 37 grados, 90% de humedad y con decenas de libélulas volando a medio metro del suelo, el Depor empezaba la liga en Riazor empatando con el Zaragoza. Ha pasado un mundo y todo es muy diferente ahora. Sin embargo hay cosas que no cambian: los problemas del equipo en el lateral izquierdo.
En mi primera columna dije que la Segunda B estaba llena de buenos jugadores y de mejores entrenadores, y el partido del Vero Boquete fue la primera confirmación de ello. El Compostela, con diez jugadores que el año pasado empataron en Abegondo contra el Fabril, salió a jugar contra el Depor con un plan de juego, con las ideas claras y con ganas de ejecutarlas. Con un entrenador, Yago Iglesias, que no necesitaba de un partido contra el Depor para demostrar que su equipo sabe lo que quiere y que es valiente y atrevido. Es fácil serlo, quizás, contra el Depor porque no hay nada que perder, pero lo fue. Y esa valentía, ese afán de querer ser dominador de los partidos es lo que el Depor necesita para que su gente, que le apoya a pesar de todo, se sienta identificada con el equipo este año, porque ganar, siendo lo más importante, no es suficiente.
Lo peor, con todo, es que en el equipo no se detecta apatía, sino impotencia. Nacho persigue todos los balones y presiona, mal o bien, hasta que no puede con su vida. Keko participa, desborda y se aplica cuando el equipo no tiene balón. Álex es Álex y no hace falta añadir más. Y no llega. Alarmantemente no llega. Hay problemas individuales y hay problemas como equipo. El Compos siempre supo salir de la presión del Depor porque no estaba ni bien coordinada ni bien ejecutada. Siempre supo encontrar los puntos débiles, y si no creo casi problemas es porque el eje defensivo es hasta ahora lo único con lo que podemos estar tranquilos.
Cuando a un equipo grande le falta fútbol, los partidos los suelen resolver las individualidades. Esos jugadores que están por encima del sistema (que muchas veces son, a la vez, la causa de que falte fútbol porque no participan de los automatismos) pero que cada vez que reciben la pelota generan desequilibrio y crean ocasiones y goles de la nada. El Depor es un equipo grande, de eso no hay dudas, pero desde luego no tiene jugadores que de momento marquen la diferencia. Y como equipo, el otro día en Santiago fue incluso inferior a un recién ascendido.
Las ocasiones (pocas) las puso el Depor, pero el control del juego lo tuvo el Compos durante mas tiempo. Fernando Vazquez repitió el once que inició la liga sin funcionar y, como casi siempre, si no tocas algo que no funciona, sigue sin funcionar.
Esta vez no se pudo cambiar la dinámica desde el banquillo. Es verdad que fue un día especial por muchas cosas, desde los problemas familiares de Fernando (antes de profesionales somos personas y hay ciertos momentos en los que nadie debería estar ni trabajando ni prestando atención a nada relacionado con su trabajo) hasta las lesiones, que hicieron que hubiese hasta tres jugadores distintos en el lateral izquierdo, pero aún así se esperaba que los puntos de luz que Gandoy o Galán ofrecieron el otro día tuviesen continuidad.
A Borges, que está en la diana de todos, se le debe pedir mas, pero también crear un sistema propicio para que un jugador que debería ser el mas determinante de la categoría pueda dar su mejor versión. Para que pueda hacer lo que mejor sabe, que es llegar desde segunda línea, atacar espacios… si se cansó de meter goles así en Primera, en Segunda B debería ser imparable.
Los laterales, Lara, Nacho, Miku… todos en general deben dar mas de sí, se les debe exigir mas, no sólo porque es el Depor en Segunda B, sino porque lo de ahora no llega. Van dos jornadas y todavía hay muchas dudas y sólo dos certezas: la pareja de centrales y la maldición del lateral izquierdo.