Manuel Losada, Chollas, analiza un Deportivo – Celta B donde los de Óscar Cano vencieron al filial celeste. Este es su extenso análisis.
Cualquiera que haya ido a un campo de fútbol, da igual la categoría que sea, habrá escuchado insultos e improperios variados. Algunos de ellos estarán relacionados con los jugadores (propios o rivales), otros con el árbitro, con el entrenador, otros con las respectivas familias… ni la iglesia se salva. Decía Teresa de Calcuta que “La cosa más fácil: equivocarse” y eso es justamente lo que no hizo el Dépor ante el partido que se le presentó, volverse loco y equivocarse. Algunos se sorprenderán porque he metido una cita de Teresa de Calcuta en una crónica del Dépor pero, sin embargo, tengo dos argumentos para defenderlo: En primer lugar, ambas son religiones, muy distintas sí; pero, al fin y al cabo, religiones. En segundo lugar, el Depor, después de la expulsión del filial celtista, pudo equivocarse y, sin embargo, fue inteligente, tenaz y tuve hechuras para no hacerlo.
La fase ofensiva del Deportivo – Celta B
Salía el Depor con 5 jugadores en primera línea ofensiva siendo, esta vez, Villares el mediocentro que actuó como central. Los otros 2 centrales fueron Pepe y Pablo Martínez, mientras que los carriles estuvieron destinados para Lebedenko y Antoñito como viene siendo habitual.
La igualación de las estructuras daba como resultado duelos individuales contras los rivales en todas las zonas en las que intentaba construir su proceso ofensivo el Deportivo. Le costaba al Depor superar la asfixiante presión alta del Celta B, sabedor, éste, de la dificultad que tiene el Depor cuando se le plantean este tipo de partidos con presión alta, con duelos individuales, de no dejarle iniciar… (Como hizo en la primera vuelta) El filial consiguió, por muchos momentos, bloquear la fase de inicio deportivista. Al poco, Raúl Blanco se colocó definitivamente más en banda derecha que en primera línea de presión con lo que Villares “saltó” línea y empezó a actuar como centrocampista. Este hecho hizo que el Celta B sólo tuviera a Lautaro en primera línea de presión lo que otorgó más facilidades al equipo para la circulación del balón y evolucionar hasta la fase de creación. Aun así, el Celta B apretaba bien y con mucha intensidad.
Con este nuevo contexto, el Depor empezó a tener más facilidad y capacidad para tener el balón en campo contrario; sin embargo, no conseguía generar gran peligro debido a que el Celta B se replegó mucho y no dejó espacio entre líneas. Aun así tuvo una ocasión Rubén que bien pudo acabar en gol. El Depor controlaba el partido e intentaba encontrar vías de acceso a la portería rival gestionando el balón sin correr riesgos y, por otra parte, sin conceder NADA al filial celtista. El Depor siguió picando piedra, con la dificultad que supone atacar una defensa replegada, junta e intensa pero llegó el minuto 41 y todo cambió. Medrano fue expulsado, por doble amarilla, y el Deportivo dio un paso adelante.
El equipo herculino no tuvo dudas ni “miedo” de ir a ganar el partido. Cuando juegas contra un equipo que ha adoptado como plan estratégico (en ese momento del partido por lo menos) estar replegado, no conceder e intentar pillarte en una contra, error, balón parado… una expulsión del rival, por extraño que pueda parecer, puede convertirse en un arma de doble filo. Se puede generar ansiedad y pueden empezar a venir las prisas, el desorden no organizado, el descuidar el equilibrio ofensivo y las vigilancias ofensivas y que te termine saliendo el tiro por la culata… Sin embargo, el Depor supo “cocer el partido” y ya, al poco de la expulsión, Lucas atacó muy bien la espalda de la defensa (ya de 4 jugadores), tras un gran pase de Mario Soriano y no consiguió batir al portero visitante.
En la segunda parte, el Depor entró enchufado y en los primeros cinco minutos ya había lanzado tres veces desde la esquina. Las ocasiones se sucedieron y al cuarto de hora Pepe remató al larguero y Villares no fue capaz de acertar a meter el rechace en la portería.
Villares, Antoñito y Quiles consiguieron generar peligro por la banda derecha, la más prolífica, normalmente, del equipo herculino. En una de esas acciones, el balón le cayó a Lucas, este hizo un gran control orientado y subió el 1-0 en el marcador.
Ante este “nuevo partido”, con ventaja en el marcador, equipo rival en inferioridad numérica y que está replegado… el Depor se siente como pez en el agua y, como dijo el propio entrenador celtista, es de lo mejor, sino el mejor de la categoría gestionando esto.
El Celta B, con un 1-4-4-1, permitía salir fácil en fase de inicio y obligándole a posicionarse atrás y, así, el Depor tenía la capacidad de hacer posesiones larguísimas (hundiendo y, desestructurando hacia atrás al rival y, por lo tanto, no permitiendo contras) desgastando (y anulando), de este modo, al rival. A partir de ahí, el Depor dominó el partido y marcó los tiempos del mismo; con la ventaja numérica y en el marcador como grandes apoyos también sea dicho. Lucas se soltó, empezó a moverse libremente y a “leer “perfectamente el partido; descendía y ayudaba en la construcción y a través de temporizaciones ofensivas colectivas se mantenía la posesión, el resultado y se desgastaba el rival. Como reflejo, de la gran lectura del momento del partido de Lucas, la acción del penalti; recibe el balón y temporizó (cuando muchos ya gritaban en la grada que corriese), después, se la pasó a Soriano, el cual, con un gran pase consiguió dejar a Svensson contra el portero para que hiciese el penalti. Gol de Quiles y justicia a lo visto en la segunda parte en particular y en el partido en general.
La fase defensiva en el Deportivo – Celta B
Poco que decir de esta fase, el Depor no recibió prácticamente aproximaciones rivales. A los pocos partidos que llegó Cano ya había expuesto que, en mi opinión, la principal mejora del equipo deportivista que veía era en esta fase. A día de hoy, creo que todos estaremos de acuerdo en que el Deportivo es un equipo verdaderamente solvente defensivamente. Este aspecto, ante lo que queda de competición, puede llegar a convertirse en un elemento diferencial.
El Depor tiene un gran funcionamiento defensivo: la línea de atrás es difícil de rebasar y poderosa en el juego aéreo, el ritmo defensivo es muy alto casi todo el partido, hay varios jugadores que son siempre o casi siempre ganadores de duelos individuales…
Transiciones
El Celta B vino con la premisa de no dejar correr al Depor y se vio con la intensa presión que hacían tras pérdida. El Depor, por su parte, tenía la misma misión; que los jugadores del filial celtista no dispusieran ni de tiempo ni de espacio para sus contraataques.
Aun así, el primer acercamiento “serio” del Depor a la portería celtista fue tras una doble transición. El Depor perdió el balón y tras una gran transición defensiva recuperó el balón y, posteriormente, con rapidez combinó para terminar llegando al área y Rubén estrellando el balón contra un defensa rival.
En este aspecto el Depor hizo una gran segunda parte, ya que no permitió realizar transiciones. Pepe y Pablo estuvieron súper atentos para anticipar o realizar las famosas “faltas tácticas” si era necesario. Ni Lautaro ni Manu Rodríguez tuvieron ni una oportunidad de dar continuidad a los contraataques, de mantener la posesión o de, ni tan siquiera, sacar alguna falta que diera oxígeno a su equipo.
A destacar
Solvencia defensiva
En una entrevista reciente Óscar decía como muchos ex jugadores suyos se sorprendían de que incidiese tanto en la defensa. La verdad es que ha conseguido hacer del Deportivo un equipo solvente y al que es difícil hacerle un gol (unido, también sea dicho, al gran nivel que hay en la portería).
“Leer” bien el partido
Mucha gente ha insistido en que todo cambia cuando el Depor se queda en superioridad, evidente. El Celta pasó de tener 1 jugador descolgado siempre a no tener ninguno la mayoría del partido; el Depor seguía atacando contra 10 jugadores. El Depor no se puso nervioso y picó piedra hasta que obtuvo el premio del 1-0. A partir del gol también se dio otro micropartido y el Depor también lo leyó bien y siguió picando piedra. En líneas generales, creo que fue un partido muy bien “cocinado” por parte del Deportivo; por muy fácil que piense mucha gente que pueda ser jugarlo.
El grupo
El ambiente que se respira dentro del vestuario es bueno, están unidos, saben de la importancia de tener una afición como la del Depor y tienen claro el objetivo. Además, el fondo de armario que hay le está viniendo de perlas al equipo. Todos los que entran suman y, seguramente, aún hay muchos jugadores que, a día de hoy, no están teniendo minutos y más adelante, cuando menos lo pensemos, pueden pasar a ser vitales.