Manuel Losada, Chollas, analiza un Deportivo – Rayo Majadahonda donde los de Óscar Cano se hicieron con la victoria gracias a un tanto de Lucas Pérez. Este es su extenso análisis.
Fase ofensiva
Una vez nos fue facilitada la alineación del Deportivo sorprendía, en primer lugar, la presencia de Narro en el equipo titular y también, por otro lado, la ausencia de Isi Gómez. No sólo cambiaron las piezas en el equipo deportivista, sino también la disposición del equipo; en esta ocasión, Óscar Cano optó por un sistema de 1-5-4-1. En lo relativo a la línea más atrasada, los carriles fueron ocupados por Antoñito y Narro; los 3 centrales, fueron Pablo Martínez, Lapeña y Jaime; en el medio del campo, Villares y Olabe, estuvieron en el mediocentro y los “lados” fueron para Mario Soriano y Quiles; la punta de ataque, para Lucas Pérez.
Por otro lado, es innegable que con la llegada de Óscar Cano al banquillo deportivista, el equipo ha mejorado mucho tanto en juego (sobre todo, en Riazor. Ahí, es totalmente dominador de los partidos) como, también, en resultados. De los últimos 5 partidos, el equipo de Óscar ha ganado 4 y sólo ha perdido contra el Alcorcón a domicilio. En este partido contra el Alcorcón, como comentamos la semana pasada, el equipo acusó el escaso juego exterior, el aglutinamiento de gente por dentro, algún jugador ubicado en una posición “antinatural” y el haber estado, bastante tiempo, en inferioridad numérica. En este sentido, el sistema que utilizó esta semana el Depor contra el Rayo Majadahonda palió, en gran manera, estas deficiencias; aunque, por otro lado, aparecieron otras distintas como, por momentos, la falta de juego interior. Parece que, cuando falta alguno de los teóricos “fijos” de Óscar en el once inicial, el equipo no funciona tan bien y se desajusta. El propio entrenador deportivista hablaba de esa conveniencia de que el equipo titular sea reconocible para que este rinda bien.
Volviendo al partido en sí, la ocupación de las bandas, con jugadores específicos de ellas, le vino bien al proceso ofensivo del Depor. Ya en los primeros 10 minutos, había conseguido llegar por fuera (con Antoñito, sobre todo) en varias ocasiones con bastante peligro. La anterior semana, comentaba la importancia de los laterales y visto el partido de este domingo, queda claro que la presencia de Antoñito, en particular, le otorga al Depor una capacidad de amplitud de juego (y profundidad por fuera) y posibilidades ofensivas brutales. Con el lateral andaluz, el equipo tiene una capacidad de profundizar por la derecha brutal y consigue generar muchísimo peligro/ocasiones. Con el balón en los pies, es capaz de asociarse, centrar con muchísimo peligro, regatear, encontrar soluciones… Sin el balón, tiene un timming perfecto para los desmarques en profundidad; posee una capacidad y entendimiento del juego muy alto para atacar la última línea defensiva rival en el momento idóneo y “ganando la espalda” de su par.
Por el otro lado, Narro estuvo menos presente, aunque, aun así, estuvo más que correcto. La posición de carrilero se ajusta mejor al perfil de Antoñito que al suyo pero, como comentaba, desempeñó su función bastante bien. Los tres centrales estuvieron correctos con el balón, quizás no ocuparon del todo bien los espacios de iniciación/construcción y las famosas distancias de relación no siempre fueron las óptimas para poder solventar la oposición del delantero e interior rayista que saltaba a la presión. Al jugar con carrileros el Depor, cuando estos ganaban cierta altura, los laterales rayistas iban a emparejarse con ellos y con ello se agrandaba mucho el intervalo entre el central y el lateral de ese lado del equipo rayista. De este aspecto, el Depor se benefició, en varias ocasiones, realizando pases rasos en profundidad, a los desmarques de ruptura de los jugadores deportivistas, al amplio espacio que se generaba entre central y lateral. Especialmente, sucedió esto y con más peligro en pases de Pablo Martínez para desmarques de ruptura de Lucas por el lado izquierdo deportivista.
En resumen, los centrales deportivistas fueron capaces de generar buenas evoluciones en el juego y es de destacar, en este aspecto, a Pablo Martínez que cuajó un partido muy bueno con balón (sin él, también). Se vio un Pablo muy cómodo con este sistema, con más libertad para avanzar con el balón a campo contrario o a atraer/fijar rivales. Además, apareció una buena y efectiva conexión entre él y Lucas Pérez, como ya habíamos comentado. En esta, el central fue capaz de batir varias líneas defensivas rivales y encontrar al delantero de Monelos, con pases medidos y con ventaja, en más de una ocasión. Un central con esa capacidad de “filtrar” pases que rompan líneas en profundidad, contra equipos que van a intentar ahogar, a través de marcajes férreos, a los “jugones” deportivistas que ocupan el medio del campo, puede ser y es una gran baza y solución ofensiva para el Dépor. Al mismo tiempo, al jugar el Dépor con defensa de 3, Pablo (sabedor de que dejaba 2 centrales por detrás de él por si perdía la pelota) decidió “aventurarse” en varias veces (con éxito) a salir en conducción y penetrar en campo contrario, “batiendo” líneas rivales y generando superioridades numéricas. Además, casi mete un buen gol…
Los 2 mediocentros, estuvieron bastante bien con balón, sobre todo, Villares, aunque echaron en falta un socio más (y más si es uno es como Isi Gómez o Rubén). En este sentido, la elección de la ocupación y de los jugadores en cuestión de las bandas le vino bien al Depor para el juego exterior. Sin embargo, la idea de quitar uno de los jugadores de dentro no le fue tan bien a ese juego interior tan bonito y efectivo que el equipo deportivista venía haciendo recientemente en Riazor. Aun así, el Depor tuvo momentos muy buenos con balón y sólo la falta de efectividad, en la primera parte, de cara a portería puede hacer que la percepción del partido fuera otra para mucha gente. Fueron varias y muy claras las que tuvieron en esa primera parte y también tuvo alguna, pero menos, en la segunda. Si metes alguna de esas, el rival tiene que abrirse y exponerse más y ahí el Dépor de Óscar Cano en Riazor… ¡te mata!
Los de fuera no estuvieron tan bien como en otras ocasiones; Quiles, estuvo bastante apagado (también es que el listón de sus últimos partidos en casa estaba por las nubes) y Mario Soriano, en mi opinión, lleva ya una racha por debajo del nivel que puede dar. Rachas…
El que no entiende de rachas ni de historias es Lucas, 4 goles en 3 partidos. Como diría el cómico español José Mota: “No te digo que me lo mejores, iguálamelo”
Tras una media hora, en la que el Depor dominó totalmente al rival y debió haberse adelantado en el marcador vino un tramo de partido donde el equipo de Óscar Cano se atascó. El Rayo empezó a realizar constantes faltas y pérdidas de tiempo y el Rayo consiguió estirarse un poco y aletargar al Depor.
Ya en la 2ª parte, el Depor seguía atascado y, personalmente, creo que se percibía que era necesario “agitar el árbol” pronto porque no pintaba del todo bien la cosa. Sin embargo, los cambios llegaron a falta de tan sólo 20 minutos y las modificaciones que introdujo el técnico deportivista (en mi opinión, un poco tarde) le sentaron bien al equipo. La entrada de Isi Gómez, le dio un aire fresco (y breve, ya que salió al poco lesionado) al proceso ofensivo deportivista. En una de sus intervenciones, el centrocampista deportivista consiguió dar un pase medido para la penetración por banda de Antoñito (una de tantas) y el lateral de Herrera encontró con un centro milimétrico a Lucas; el final ya lo saben, gol del de Monelos.
Después del gol deportivista, quedaba un cuarto de hora más el añadido para acabar el partido y el Deportivo supo gestionarlo bastante bien; aunque, aun así, se terminase pidiendo la hora, más por miedo a perder lo conseguido que por peligro real del equipo visitante.
Fase defensiva
Si en el proceso ofensivo el Depor estuvo bastante bien y con mecanismos bastante ajustados, en la parcela defensiva, el equipo herculino, no lo fue tanto cuando no pudo defender hacia adelante. Cuando el Depor apretaba los reinicios desde saque de portería o la iniciación del Rayo realizando desplazamientos hacia adelante era capaz de recuperar varios balones peligrosos; estando Olabe y Villares “en su salsa”. El bueno de Alfredo, percibió ese aspecto y dejó de reiniciar en corto y de ponerle “el caramelo” a la presión deportivista.
Por otro lado, cuando el Depor tenía que desenvolverse en funcionamiento defensivo, Óscar planteó que los carrileros deportivistas, Narro y Antoñito, “saltasen” a los laterales “altos” que planteaba el equipo de Alfredo Santaelena. Esto desembocó, en muchos momentos, en que el lateral derecho, Aldalur, ganaba mucha altura y metía muy atrás a Narro. A esto, se le unía que Néstor y David Rodríguez se colocaban entre centrales y el equipo deportivista terminaba con una línea de 5 para defender a 3 y, de esta manera, aparecían desajustes en el funcionamiento defensivo del Dépor por delante. Como Narro estaba “fijado”, no podía saltar a apretar más adelante, no podía dejar a su marca y saltar a penúltimo: Con esto, el Rayo lateralizaba a un medio y encontraba vía libre por ahí; los mediocentros deportivistas hicieron kilómetros…
Sin embargo, el Rayo Majadahonda no sacó gran beneficio de ello, ya que el Depor estuvo muy bien en los esfuerzos, tenía 2 pitbull en el medio y, además, por detrás, una línea de 5 que le permitía no pasar apuros cuando la presión de los de más arriba era superada.
Además, los centrales (en especial Pablo) estuvieron solventes y contundentes; no concedieron prácticamente nada. En este sentido, es de destacar el partido de Pablo Martínez; contundente en el juego aéreo (ofensiva y defensivamente ganó todo), perfecto en las anticipaciones, “duro” cuando lo requería, yendo al suelo eficientemente, cortando contras, fuerte en los duelos individuales… ¡Imperial!
Asimismo, Olabe y Villares estuvieron muy bien defensivamente, como viene siendo habitual en ellos, y más cuando el contexto, como este domingo, les viene de perlas. Si el Depor tiene como principal estrategia defensiva ir a apretar arriba, si el rival insiste en jugar en corto en sus reinicios de portería, si el rival quiere salir jugando sí o sí… estos 2 se frotan las manos, saben que van a robar hasta las camisetas a los rivales.
Transiciones
No hubo excesivas en este partido, la verdad. Entre que el Rayo Majadahonda hizo muchísimas faltas, tanto en el proceso defensivo como en las transiciones defensivas, y que ambos equipos buscaban presionar y recuperar pronto tras pérdida no se dieron tantas situaciones como en anteriores partidos. De todas formas, el Depor sí tuvo algunas ocasiones en las que realizó transiciones ofensivas desde posicionamiento avanzado tras sendas recuperaciones de Olabe, Villares y Narro que no acabaron en gol de milagro. En este sentido, cuando el nivel condicional bajó, si se vieron algunas contras deportivistas de más elaboración y recorrido pero con el equipo con miedo de ir con mucha gente arriba por miedo a que les empataran.
ASPECTOS A DESTACAR
Lucas: con decir que lleva 4 goles en 3 partidos debería valer. Pero, además, se echa el equipo a las espaldas cuando este está atascado, cede el penalti a Quiles en su momento, cuando tiene que dar una arenga la da… Simplemente, partidos como los dos últimos en casa, en otro momento de la temporada, seguramente no se habrían ganado los 2, a pesar de las ocasiones generadas. Esto es mucho decir. Sin embargo, también creo que se debe decir que el ímpetu y ganas que tiene en los partidos, en determinadas situaciones, le está jugando malas pasadas. Ha tenido episodios que le han podido costar caro a él y al equipo en forma de expulsión. Lleva 2 amarillas en los 3 partidos.
Pablo Martínez: el mejor partido del central desde que llegó al Deportivo. Ofensivamente, inició la fase de inicio deportivista con mucho criterio y calidad todas las veces. Algunas veces, en conducción superando rivales y generando situaciones de ventaja ofensivas; en otras, jugando con mucho criterio el balón e, incluso, dando pases en profundidad que casi acabaron en gol (desde su posición de central, ehh). Defensivamente estuvo infranqueable, expeditivo, no dio opción a los delanteros rivales, ¡¡un titán!! Además, debemos añadir que, tanto ofensiva como defensivamente, ganó todo en el balón parado.
Antoñito: qué poca importancia se le da a este jugador en el Depor. A mí, personalmente, me parece un pedazo de lateral. Es una animalada la influencia que tienen en el proceso ofensivo deportivista; es increíble todo lo que genera y produce ofensivamente. Con balón, es completísimo e incluso ha mejorado mucho sus prestaciones en los centros laterales. Este domingo, dio un recital de centros rasos dónde y cómo duelen: rasos, fuertes, enviados entre defensa y portero, alejándose del portero y de cara para los compañeros que “llegan”. Además, se sabe asociar con sus compañeros de maravilla, se entiendo de lujo con Quiles, tiene capacidad para mantener la posesión, regatear, recortar… Sin balón, también es determinante, da una amplitud y una profundidad por fuera sin la que el Depor, como vimos en los dos partidos anteriores, no termina de carburar ofensivamente. Defensivamente, puede parecer “débil”, fácil de rebasar, incluso lento por su correr tan característico, pero no es ninguna de esas cosas. Lateral top de la categoría, en mi opinión, por su clara influencia en su equipo.
Los 2 mediocentros: tuvieron un partido en el que estaban en desventaja numérica por dentro ya que ellos tenían 1 mediocentro y 2 interiores, mientras que el Depor sólo tenía a Olabe y a Villares. Sin embargo, el equipo herculino parecía que tenía 5 por dentro, ya que estos 2 son dos auténticas “barredoras”. Además, en muchos tramos del partido, (sobre todo al inicio de partido) el Rayo Majadahonda decidió iniciar todas las veces en corto, a pesar de que la presión deportivista era muy alta, y Villares y Olabe felices de la vida.
Mario Soriano: lo de este jugador no es que sea preocupante pero sí sorprende un poco. Es un pedazo de jugador y parecía, al inicio de la temporada, que el “proyecto” deportivista giraba en torno a él. Con Borja, jugaba preferiblemente de mediapunta y estaba rindiendo a un gran nivel. Desde la llegada de Óscar, su papel ha cambiado, ahora juega sólo por fuera y parece que no termina de encontrar “su juego”. A pesar de que parte desde fuera y se mueve y actúa mucho por dentro, no termina de encontrar su sitio/juego. Es un jugador que necesita sentirse más libre para moverse por varios espacios y trayectorias y en el sistema planteado por Óscar no tiene esa posibilidad. A esto hay que añadirle que la llegada de Lucas hace que el espacio central por delante de los medios esté aún más poblado. A Mario no se le puede achacar nada, es un jugador muy voluntarioso, que se esfuerza muchísimo y se desfonda todos los partidos, pero no termina de encontrarse cómodo y con “su mejor versión”. Seguro que tanto él como Óscar están buscando vías para recuperar esa mejor versión del habilidoso jugador deportivista.