Augusto César Lendoiro cumple este 6 de junio 75 años. Con él se acuñó el término Súper Dépor e injusto sería quitarle los méritos de esos seis títulos que lucen orgullosos en las vitrinas del club. Vivió la cara más dulce del fútbol y siempre se recordará su «Barça, Madrid, ya estamos aquí». Pero también le tocaron diversos tragos amargos, como aquellos días en los que el club coqueteó indiscretamente con la desaparición. Ahora, ya retirado, sigue dándole lustre a sus memorias pero con un ojo siempre pendiente del que fue su Deportivo.
Son muchas las historias y momentos que ha vivido el Deportivo con Augusto César Lendoiro al mando del equipo. Alegrías y tristezas, capaz de generar amores y odios, hasta llegar al borde de la desaparición del club. Lo cierto es que con el de Corcubión los blanquiazules se elevaron hasta la categoría de Súper e hicieron soñar durante décadas a toda una ciudad y teñir de blanquiazul a todo un país desde una de sus esquinas. Recordamos varias claves de su paso por la presidencia.
1988, la llegada de Lendoiro al Deportivo
Todo surgió en Salesianos, el 16 de junio de 1988. Augusto César Lendoiro era proclamado presidente del Deportivo tras ser el único candidato en presentar los avales necesarios. Nada más abrió la puerta del club, la dura realidad, una deuda 431 millones de pesetas. Y el más difícil todavía, un equipo que no contaba con la masa social que a día de hoy atesora. Se puso manos a la obra y se consiguió «un tropel de altas en los socios».
Aquel gol de Vicente, que mantenía al Deportivo un año más en Segunda, y la llegada de Lendoiro hicieron posible el popular «camina o revienta». Un crecimiento progresivo en el que el Deportivo empezó a crecer de la mano de Arsenio Iglesias y fichando a futbolistas de la talla de Bebeto o Mauro Silva.

1995, la Copa del Rey
El Deportivo no podía ganar su primer título de forma normal, así que lo hizo a lo grande. El partido empezó un 24 de junio de 1995, pero tuvo que suspenderse por una tromba espectacular caída sobre el Santiago Bernabéu. Se habían disputado 79 minutos y el marcador reflejaba el empate a un tanto, goles de Manjarín y Mijatovic. El 27 de junio se reanudaba el encuentro en el mismo escenario, y cuando ambos equipos se habían preparado para la tanda de penaltis, Alfredo Santaelena voló más alto que Zubizarreta y el dio el primer título para los de Arsenio Iglesias.
La Liga y el Centenariazo
El Deportivo conquistó su primera Liga en el 2000. Bajo el mandato de Jabo Irureta, por fin se olvidaba el ‘penalti de Djukic’ de años atrás y los coruñeses se cobraban la que el fútbol les debía. «Era una gran competición con muchísimos equipos a un altísimo nivel. Es el año de la desgracia del Atlético con un equipo que podía ser campeón; de hecho fichamos a Valerón, Molina y Capdevila. Eso habla del potencial de los equipos de aquellas ligas. Se empezaban a dar cuenta de que si el Deportivo podía llegar, ellos también; me queda la pena de no haber conseguido más, porque estuvimos 8 o 10 veces en el podio de la liga».
Y poco después, llegó el Centenariazo. Aquella final de Copa del Rey donde el Dépor le amargó el centenario al Real Madrid. «Seguro que es el título más importante. Nos quedó la pena de no conseguir la Champions o una Recopa de Europa que tuvimos tan cerca. El partido más histórico es el Centenariazo; es el triunfo contra el Real Madrid de los ‘galácticos’, del centenario. Será algo que quede para la historia, no solo del deportivismo, sino del fútbol español y mundial, como fue el Maracanazo de Uruguay a Brasil».
2014 su salida del club
En enero de 2014 Augusto César Lendoiro se despidió de su «silla eléctrica», como así el llamaba al palco de autoridades. 25 años, cuatro meses y seis títulos después dejó un club en el que estuvo desde el 11 de septiembre de 1998. Lo hizo con el equipo en Segunda División, pero en puesto sde ascenso a Primera. El elegido en las elecciones fue Tino Fernández.
Para el recuerdo quedará, además, aquel miércoles 31 de julio de 2013. El club estuvo al borde del descenso administrativo. Los días previos fueron muy tensos, con futbolistas como Manuel Pablo, Laure, Dani Aranzubia, Álex Bergantiños, Zé Castro y Juan Domínguez pidiendo en una rueda de prensa «garantías de pago» de lo que se les adeudaba hasta la fecha. De hecho, no viajaron a un amistoso en Portugal por eso mismo.
Tras un día en que cada segundo se hizo eterno, entre AFE, LFP, administración concursal, club y jugadores el Deportivo consiguió salvarse. El propio Lendoiro reconocía una vez finalizaron las negociaciones que «tenemos que dar muchas gracias a Luis Rubiales, a la AFE, a Javier Tebas y a los jugadores, porque han sido conscientes de las dificultades que había y hemos podido llegar a un acuerdo… Es un día bueno, que nos permite mirar el futuro con tranquilidad. Lo que se acordó fue el pago de las deudas concursales y los jugadores retiraron las denuncias con respecto a ese tipo de deuda, y se hicieron efectivas las deudas contra la masa antes de las doce de la noche”. Lo que quedó por cerrar, fue la firma del convenio, cuya fecha límite se estableció el 9 de agosto». Y una frase quedó para el recuerdo, “el Deportivo tiene vida y vosotros, sin duda, sois su corazón”.
2018, al borde de la muerte
El gran susto llegó en 2018, donde consiguió negociar una prórroga con la mismísima muerte. Si al Bayern le pareció difícil hacerse con Makaay, la parca no pudo en la puja por el alma del de Corcubión. Entró en el hospital con una neumonía, pero una obstrucción en una válvula del corazón lo puso al borde del abismo. Le vio las «orejas al lobo», como indicó en una entrevista a EFE, y empezó a cuidarse más. También agradeció a los médicos que le atendieron. «Gracias a todos, ellos y ellas, estoy disfrutando del inicio de la prórroga. Me falta por jugar toda la segunda parte y el lanzamiento de varias tandas de penaltis».