El expresidente del Deportivo Augusto César Lendoiro ha emitido un nuevo comunicado. Esta vez, opina sobre los cambios que se han producido en la aportación del Dépor a los clubs modestos, después del descenso. En las últimas semanas, Lendoiro ya se había pronunciado acerca de las cláusulas de rescisión y había solicitado la unión del deportivismo en un momento complicado.
Reproducimos íntegramente su escrito de hoy:
“EL DEPORTIVO Y LOS CLUBS MODESTOS”
Hace unos días la prensa recogía una noticia preocupante.. Se decía que, derivado del descenso deportivista, quedaba sin efecto el Convenio en vigor con los clubs modestos coruñeses, por lo que era necesario redactar un nuevo texto que reduciría la aportación que éstos han venido recibiendo del Deportivo desde 1988.
Sería injusto. Sólo los que le hemos dedicado casi media vida a ese fútbol sabemos del esfuerzo titánico de esos directivos, entrenadores, animadores, utilleros… que realizan un extraordinario trabajo de forma altruista y anónima, ya que ni reciben gratificación económica alguna, ni aparecen sus nombres, voces o imágenes en las informaciones de periódicos, radios o televisiones.
Es ésta, la de estos voluntarios excepcionales, una especie en grave peligro de extinción. Cada día aparecen menos caras nuevas que sustituyan a aquellos veteranos que durante décadas han sido los grandes sacrificados del fútbol, al igual que existen ejemplos similares en otros deportes. Todos ellos llevan a cabo una increíble labor social, casi nunca reconocida por las instituciones públicas y pocas veces, en el ámbito futbolístico, por un R.C.Deportivo, beneficiado principal de la labor de captación y preparación que realizan estas entidades.
He tenido la oportunidad, y espero haberla aprovechado, de hacerles algo de justicia tanto en mi paso por la política, con la construcción de nuevos campos de fútbol, mayor apoyo económico… como en el Deportivo, en el que, hace 30 años, el Consejo, por unanimidad, propuso la firma de un convenio que los decanos del fútbol modesto habíamos pedido de forma insistente, y sin éxito alguno, durante varios lustros.
Por eso celebro con orgullo que nuestro último acto oficial como Junta Directiva del RCD, integrada casi en su totalidad por gente criada en el fútbol modesto, fuese abonar a esos clubs -estando en Segunda, sin recursos económicos y en pleno duro concurso de acreedores- más de 100.000 €, que era la cantidad que, según el Convenio, les correspondía por su trabajo durante la temporada 2013-14.
Y ahora, cuando se anuncia un recorte que no se debería producir, porque pocas aportaciones pueden ser más necesarias y justas, le pido de forma encarecida al Presidente que, en un gesto de cierta generosidad, no reduzca las ayudas a los clubs por el hecho del descenso, aunque así se recoja en el convenio firmado. La reducción en el presupuesto blanquiazul significaría pura “calderilla” y se trataría de un gesto que no se entendería, toda vez que ya bastante se les ha venido reduciendo estos años, al tiempo que se han incrementado de forma considerable gastos que podríamos llegar a considerar innecesarios.
Seguro que, con razón, se podrá argumentar desde el Consejo blanquiazul que algunos clubs no aportaron jugadores a sus categorías inferiores, o que no cuentan con un número determinado de equipos de base, o que en ocasiones ponen reparos a que algún jugador se integre en la disciplina deportivista, o, incluso, que han existido casos excepcionales que se han hecho los “despistados” al ver como alguno de sus chavales fichaban por otros clubs profesionales … pero todo eso no es suficiente para justificar el castigo a un movimiento que fué, y debe seguir siendo, ejemplo histórico para todo el fútbol español.
Nunca debemos olvidar que, si pretendemos conseguir la unión del deportivismo, cada club modesto cuenta con el cariño de todos los amantes del fútbol, al tiempo que sus locales han venido representando el lugar de reunión y el centro de la vida de cada barrio coruñés.
Ese es el mejor camino para lograr la unidad de acción en la capital, al igual que en la provincia la bandera la enarbolan esos miles de niños de los colegios de nuestros 93 concellos que celebraban “de valvulina” los éxitos internacionales y nacionales del Depor… y hoy, gracias a todas aquellas invitaciones, infinidad de ellos integran las listas de nuestros accionistas y abonados.
De ahí que, si estamos trabajando en reconstruir la unión del deportivismo, resultaría de lo más incongruente que hiciésemos volar los cimientos de la base de nuestro sentimiento colectivo. El titular nos lo ofrecía a principios de los ochenta un directivo deportivista, el Doctor Ricardo Hortas, cuando pronunció una frase brillante, que siempre recuerdo : “tiene que hervir la olla del fútbol coruñés”, en alusión a unir el equipo profesional y los clubs modestos. En aquel momento no sólo la olla no hirvió sino que se enfrió hasta límites insospechados. Esperemos que ahora no se cometan los graves errores de entonces y alcancemos el objetivo que había soñado, y no pudo conseguir, el afamado galeno.
Augusto César Lendoiro
Ex-Presidente R.C.Deportivo
