El pasado sábado 20 de mayo el Deportivo puso punto y final a la temporada con una victoria frente a Las Palmas. Ese mismo día la plantilla blanquiazul dio comienzo sus vacaciones, muchos de ellos con la incertidumbre de no saber si su futuro inmediato pasa por A Coruña, y cedió el testigo a la dirección deportiva, la verdadera encargada de dar forma al nuevo proyecto herculino.
Casi tres semanas más tarde y cuando queda menos de un mes para que el Deportivo 2017-2018 eche a rodar, en las oficinas de Plaza de Pontevedra aún no se han producido ningún tipo de novedades en cuanto a bajas ni tampoco nuevas incorporaciones. El ascenso del Fabril a Segunda B permitirá a Pepe Mel contar con una plantilla corta tal y como era su deseo, pero al mismo tiempo el club deberá realizar un esfuerzo a la hora de confeccionar un equipo de garantías para competir en la categoría de bronce. Todo ello condicionado por la deuda con Hacienda, y a la espera de un posible acuerdo de refinanciación de la misma que permita ampliar ostensiblemente el límite salarial de la próxima temporada y sobre el que tampoco parece haber avances.
Las incógnitas abarcan todas las posiciones, con dos únicas salvedades, el lateral izquierdo en el que Luisinho y Fernando Navarro parecen tener asegurada su continuidad, y el eje de la defensa, donde los regresos de Insua y Róber se unirán a Sidnei, Arribas y Albentosa, por lo que deberá de producirse alguna salida. Los primeros problemas los encontramos en el lateral derecho. Laure podría buscar un nuevo destino debido a su poco protagonismo durante este curso, mientras que el club sigue sin hacer efectiva la opción de compra sobre Juanfran, aunque el madrileño ha despertado el interés de varios clubes y no se descarta un posible traspaso que, de producirse, dejaría un buen pellizco en las maltrechas arcas herculinas pero obligaría a buscar un recambio.
La portería es otro de los puestos que experimentará varios cambios. Lux termina contrato y no ha habido contactos para su renovación, y el futuro de Tyton y Rubén es una incógnita pese a tener contrato en vigor. De ahí que desde la secretaría técnica se esté peinando el mercado en busca de un guardameta de garantías que parta con la vitola de titular.
Otra operación en la que lleva trabajando Richard Barral desde hace meses es en la continuidad de Guilherme. El rendimiento y la edad del brasileño han provocado que el club esté decido a ejecutar la opción de compra por el jugador, cifrada en algo más de 4 millones de euros, pero se negocia con el Udinese un pago fraccionado de la misma. El otro cedido cuya continuidad sería del agrado del cuerpo técnico es Carles Gil, aunque su caso se antoja más complicado al no existir opción de compra.
A mayores de los dos casos expuestos anteriormente, en la medular son varios los jugadores cuyo futuro no está ni mucho menos definido. El Manchester City podría buscar un nuevo destino en el que foguearse a Marlos Moreno, Fayçal Fajr está decido a abandonar A Coruña en busca de mayor protagonismo e incluso Bruno Gama no tiene garantizado un hueco en la plantilla tras el pobre nivel exhibido. Si a esto le sumamos la marcha de Ola John y Kakuta, la necesidad de refuerzos en esta parcela resultaría más que evidente pese al regreso de Fede Cartabia ya confirmado. Y lo mismo ocurre en la delantera, donde urge encontrar al menos un acompañante para Florin Andone.
Con este panorama, y a la espera de lo que pueda ocurrir con el resto de cedidos —Oriol Riera, Saúl, Juan Domínguez, Borja Valle y Bicho— y los fabrilistas que lleven a cabo la pretemporada bajo las órdenes de Pepe Mel, resultaría primordial que el técnico madrileño pudiese trabajar desde el primer día con el que será el grueso de la plantilla del próximo curso. Arranca la cuenta atrás y el Deportivo aún no ha empezado con los deberes.