Bastan quince minutos de conversación con Athenea del Castillo (Solares, 2000) para entender que, a su talento en el verde, suma muchísima madurez fuera de él. Tiene las cosas claras, no dudó en renovar con el Dépor ABANCA cuando aparecieron otras ofertas, es autocrítica y responde sobre cualquier tema. Quizá esa personalidad sea la clave de su éxito. El pasado 23 de octubre, Athenea debutó con la selección española absoluta en el Estadio de La Cartuja. Ahora, apenas unas semanas después, lucha junto a sus compañeras por revertir la situación del Deportivo, colista en Primera.
Antes de nada, ¿cómo estás?
Bien, después del partido de Riazor sí que estaba un poco tocada. Jugamos en casa, en nuestro estadio, tuvimos la suerte de que pudiera entrar gente, que a nuestros partidos anteriores no había podido venir nadie; y sentía la rabia del resultado. Que te metan en el minuto 94 cuando el equipo no había puntuado todavía…
(Resopla y sigue).
Cuando sientes esa emoción a flor de piel, por así decirlo, lo primero que te sale es llorar. De rabia, de impotencia. Pero nada más, no está nada dicho, ni mucho menos. En 6 jornadas llevamos malos resultados, es cierto, pero el equipo va mostrando mejores sensaciones: a ratos malas, a ratos muy buenas. Estamos corrigiendo errores que nos estaban condenando más. Y hay que intentar minimizarlos para ir cogiendo confianza.
Ha tenido mucha repercusión esa foto tuya llorando en Riazor.
Vi la foto y, obviamente, era lo que sentía en ese momento. Después, lo pensé un poco más en frío, y dije: ‘Puede dar una imagen de que estaba derrotada en ese momento’. Pero es que yo soy una jugadora que siente esas emociones muy, muy fuerte; y lo primero que me sale es llorar. La gente que me conoce sabe que igual puedo estar llorando de rabia y a los tres minutos puedo ser la persona más alegre del mundo.

¿Cómo han sido los días posteriores? ¿Le das muchas vueltas a la cabeza?
Yo creo que sí, intentas mantener ese mismo día la mente un poco más fría. Y, después de 2 o 3 días, vuelves a ver el partido y ya sacas conclusiones un poco mejores. Si ves el partido con toda la rabia, te vas a ver defectos por todas partes. El primer día estuve con mi compañera de piso (Helena) y con mi pareja, estuvimos hablando bastante sobre el partido. Pero después de haber visto los vídeos el martes, saco mejores conclusiones. El equipo lo dio todo. Pese al resultado, se vio una imagen de equipo unido, que era lo importante.
A nivel grupal, ¿estáis haciendo algún tipo de terapia para superar el bache?
Estamos haciendo lo de siempre: intentar corregir errores. Muchas jugadoras de la plantilla ya tienen experiencia en Primera División y en momentos difíciles. Obviamente hablas con las más veteranas que, aunque lo hayan vivido con otros equipos, ya saben cómo se siente una en esta situación. Y nos dicen que estemos tranquilas. Yo pregunto, porque nunca he estado en un momento así. Pero la clave es ganar un partido, ganar dos, y ya te vuelves a meter ahí arriba, incluso sales del descenso, te pones en 6 puntos y tienes un pequeño margen. Por eso, en ese aspecto, estoy tranquila, porque confío en lo que dice el míster y en lo que nosotras creemos.
En agosto renovaste hasta 2022. ¿Por qué?
Yo soy una jugadora muy joven, y el Dépor apostó por mí. Que me transmitieran esa confianza, esos valores, ver cómo es esta ciudad y cómo se vive el fútbol en el deportivismo… Fue algo que me hizo tomar esa decisión. Y también poder encadenar minutos, que era lo que yo quería. Al ser una jugadora joven, quiero tener los máximos minutos posibles para, en un futuro, tener muchos más partidos en Primera.
Y eso que tenías ofertas importantes, y las rechazaste.
Sí, pero tampoco quiero hablar de lo que tenía o no tenía. Yo lo que quería era quedarme aquí, y como el Dépor apostó, yo también.

Eres de ponerte objetivos. El curso pasado le dijiste a Manu: ‘La segunda vuelta es la mía’. Y lo cumpliste, hasta que se suspendió la competición. ¿Qué le has prometido ahora?
Athenea, lo primero que le prometió a Manu, a nivel individual, fue meter un gol de cabeza, y ya lo consiguió -vs Espanyol-. Así que es un paso muuuuy grande.
(Risas)
No, a ver, obviamente, quedar lo más arriba posible en la clasificación. Y seguir haciendo mi juego y ayudando con asistencias y goles. A nivel de selección he tenido la oportunidad de poder ir con la absoluta, que es un sueño, pero tenemos un mundial sub-20 que es mi objetivo para este año.
Hablas de ese debut. ¿Es una presión añadida ser internacional absoluta?
No, la verdad es que no. Es un sueño, muchas niñas querrían estar ahí, pero yo no me meto ninguna presión. Dentro del vestuario se alegraron mucho por esa noticia, porque saben lo que trabajo día a día. Para ellas también fue una alegría, y más en el momento en el que estamos, pero no me meto ninguna presión. Soy una jugadora joven, pero tengo cierto carácter, y eso me ayuda un montón.
¿Cómo se gestiona la montaña rusa que estás viviendo este año?
Es un poco difícil de gestionar. Pero, pese a mi juventud, tengo las cosas asentadas en mi cabeza. Haber podido ir con la selección es un premio, pero lo que hay que hacer es trabajar día a día en el club, y a partir de eso empezaremos a conseguir resultados. Para dárselos también a la afición, que siempre nos ha estado apoyando en los momentos buenos, y ahora en los malos también está. Yo recibo un montón de mensajes de apoyo, de que siguen confiando en nosotras; y qué menos que nosotras dar todo por ellos, para poder brindarle una alegría al deportivismo.
La última, el sábado visitáis al Levante. Rival duro.
Sí, muy duro. Ayer ganó 0-2 en un campo difícil como Lezama, pero nosotras tenemos las cosas bien claras. Vamos a ir a por la victoria, yo creo que vamos a hacer un gran papel en Buñol. La ilusión está intacta y el equipo ya se merece una alegría.