Luis César afronta el Deportivo vs Tenerife con la incertidumbre de saber si estará dirigiendo su último encuentro en el banquillo de Riazor: «Escucho a todos y leo a todos porque quiero saber lo que se dice de mí. No sé si va a ser mi último partido. Es algo que está ahí. Lo leo, escucho… pero no sé si es todo cierto. Cuando fiché aquí no salía en ningún lado y llegué. Lo que sea, será. Mi obligación es preocuparme por el partido de mañana. Trato de ser digno y esforzado».
El técnico mantiene una buena relación con Fernando Vázquez, ahora mismo principal candidato al banquillo. Aunque no revela nada, sí ve una buena decisión contratarlo como sustituto: «Es amigo mío. También leo que va a venir. No tengo por qué decir públicamente si hablo o no hablo con Fernando. Si me tengo que ir, me alegro de que venga él porque es amigo. Si tengo que irme, me alegro mucho por Fernando. Es un gran profesional y se las sabe todas».
Obviamente, reconoce que su situación no es la más agradable, pero destaca que ni mucho menos es la peor que ha vivido: «Este no es un mundo idílico, fácil. Tampoco importa si es un marrón para mí. Soy un profesional de esto y tengo que manejarme. El fútbol no es color de rosa. Me gustaría otra situación, pero me toca vivir esto. Yo no bajo la guardia. Hasta el último día lo doy todo. Si no me llevo el regalo de los resultados, me llevo el de la dignidad por mis esfuerzos»
El efecto de la Copa y el césped de Riazor
Luis César señaló la importancia del triunfo en la Copa: «Es la satisfacción de que esos esfuerzos se conviertan en resultados. Hacía mucho que no se daba. Hasta ahora no teníamos recompensa. Esperamos que sea el inicio de muchos triunfos del Dépor. Parecía que no tenía valor y ha habido escabechina en la Copa. Y ellos lo han resuelto. Ahora vamos a intentar darle continuidad. Que el equipo se marche con esa victoria y esa luz que nos permita ir acercándonos a salir del túnel».
Para ello, entre otras dificultades, tendrán que superar el estado del césped de Riazor tras el Bergantiños vs Sevilla. Algo que para el entrenador no sirve de excusa: «El campo quedó mal, como sabíamos que podía suceder. Era algo previsible por el momento en el que estamos. Pero no le damos más importancia de la que tiene. Estando en buenas condiciones no ganamos y no vamos a usarlo de disculpa».