Tras unas semanas donde la convulsión ha reinado en el club de Plaza de Pontevedra, la normalidad parece que se ha terminado de instaurar. Como buena muestra de ello, Lux y Fabricio por fin han sido dados de alta de sus respectivas lesiones por los servicios médicos del RC Deportivo.
En el caso del meta canario, su pesadilla comenzó el pasado verano ante el Galicia de Mugardos, sembrando de inmediato las dudas en la entidad coruñesa. Lo que al principio se antojó como una dolencia leve pasó finalmente a ser un contratiempo de mayor calibre, obligando a Fabricio a recurrir al quirófano, acto seguido a conocer el verdadero alcance de su lesión, rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. A lo largo de todo ese tiempo apartado de los terrenos de juego, innumerables han sido los rumores que han situado al arquero de Vecindario lejos de la órbita del Deportivo y muy cerca de emigrar, concretamente al Beşiktaş turco. La verdad es que a día de hoy el futuro de Fabricio sigue siendo tan incierto como lo es el estado de su maltrecha rodilla.
Por su parte, Germán Lux asumió este reto con el tesón y la profesionalidad que caracteriza al meta de Carcarañá, consciente de que suplir a una de las piezas claves de este Deportivo no iba a ser tarea fácil. No obstante, el destino tampoco le aguardaba un final feliz y tranquilo, ni al ‘Poroto’ ni al Deportivo. El guardameta argentino cayó lesionado en Balaídos tras un choque fortuito con Sidnei, causándole una rotura parcial del ligamento de la rodilla izquierda. Al conjunto coruñés no le quedaba más remedio que afrontar una recta final de campeonato con Manu Fernández y Pletikosa, dos porteros llamados a ser suplentes pero con una repentina y dramática responsabilidad ante sí.
A partir de ahí, el final de la historia lo conocemos muy bien todos. Lo positivo de esta noticia es que una vez dejadas atrás ambas lesiones, tan sólo quedará despejar la incógnita sobre quién será el encargado de defender la portería blanquiazul el próximo año.