La temporada del Deportivo está siendo una montaña rusa en la que apenas hay constantes. Una de ellas, desafortunadamente para el equipo y para el propio afectado, es la irrelevancia de Pedro Mosquera. El coruñés ha tenido momentos de mayor o menor participación, pero primero con Natxo, y ahora con Martí, ha terminado en el mismo lugar: la grada. En la convocatoria que el técnico balear facilitó para viajar a Alicante de cara al decisivo partido contra el Elche, el mediocentro fue uno de los descartes por decisión técnica, como ya le ocurrió ante el Mallorca.
Y no es que a Mosquera le nieguen las oportunidades. Porque todos los entrenadores que llegan intentan recuperar a aquel jugador que maravilló en sus primeros seis meses como deportivista. Garitano, Pepe Mel, Cristóbal, Seedorf… todos ellos le dieron confianza, pero con el paso de los partidos, en algunas ocasiones por problemas físicos, acabó relegado a la suplencia.
No ha sido diferente en esta campaña, en la que bajar de categoría y la llegada de un técnico como Natxo González anunciaban un escenario favorable para él. Se repitió la historia y Álex Bergantiños le fue ganando el puesto poco a poco, hasta que Mosquera acabó viendo varios partidos desde el palco de Riazor. Incluso hubo críticas de parte de la afición hacia el técnico, considerando su decisión un tema personal.
La llegada de Martí y el paso al 4-4-2 parecía abrirle de nuevo las puertas del once. Fue titular en el primer partido ante Osasuna, disputando los 90 minutos en El Sadar. Y hasta ahí. Desde entonces ha disputado 21 minutos más, en la jornada siguiente frente al Extremadura. Ahora, con el equipo jugándose todavía el ascenso, el capitán y uno de los futbolistas con el salario más elevado de la plantilla, verá el Elche vs Deportivo desde la distancia.