A Coruña tendrá la oportunidad de disfrutar esta semana la presencia de una de las leyendas del Deportivo. Mauro Silva ha viajado a la ciudad herculina para presentar su campus y, como cuando era futbolista, lo primero que hizo fue mostrar su agradecimiento por el cariño recibido, siempre desde la humildad: «Estoy feliz y emocionado. No me esperaba tanta gente, una expectación así, pero siempre que vengo a A Coruña pasa algo especial. La ciudad y yo tenemos una relación que va más allá del fútbol, trasciende a la parte humana; es algo difícil de explicar. Yo de mi parte hice todo lo que pude, lo di todo, pero que te lo reconozcan de forma tan intensa me emociona mucho. Siempre digo que no merezco tanto».
El brasileño tiene claro lo que para él significa la ciudad: «Es mi casa, estuvo aquí 13 de mis 20 años de carrera. Me siento un coruñés más. No vengo todo lo que me gustaría por el trabajo, pero cada vez que vuelvo vale la pena. Me siento muy querido». El punto culminante de su visita será su presencia en Riazor el sábado en el partido ante el Málaga: «No acostumbro a llorar, pero volver a Riazor por primera vez desde 2005… hay momentos en el que uno se emociona mucho, intentaré mantenerme firme. Volver a ver a esa afición en el lugar en el que he jugado tanto, con conquistas tan importantes… La ciudad y la afición tenían una relación especial con el equipo, no fue casualidad que lográsemos esos títulos, hubo victorias casi inexplicables y el público fue parte importante«.
Como buen deportivista, Mauro sigue la actualidad blanquiazul desde su país y asume con normalidad los últimos años de sufrimiento: «La situación no es tan agradable, tan cómoda. Disfrutamos durante muchos años, pero así es la vida, hay momentos buenos y otros no tan buenos. Hay que estar preparados para todos. Lo más importante es la lucha, el sacrificio y la entrega. Eso no puede faltar nunca».