Se han conocido nuevos detalles sobre la muerte de Diego Bello el pasado mes de enero en la isla de Siargao, al sur del archipiélago de Filipinas. Según un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas, «la policía disparó deliberadamente a matar».
Según apunta EFE, la investigación pone en duda el argumento de «legítima defensa» que utilizó el jefe del operativo Vicente Panuelos. Desde el primer momento, las autoridades filipinas señalaron a Diego Bello como un narcotraficante que había abierto fuego primero al descubrir que les había vendido droga en un operación encubierta.
En un comunicado de la plataforma #XustizaParaDiego, se explica que el informe destaca el número de disparos efectuados por la policía y la trayectoria de las balas para desmontar el argumento de Panuelos. Además, «existen imágenes de Bello saliendo del restaurante que regentaba minutos antes de su muerte que prueban que no portaba ninguna bolsa, tal como afirma la policía que llevaba en su poder en el momento de su muerte».
La comisión sospecha que se trata de una «ejecución extrajudicial»
Bello nunca figuró en la lista de personas relacionadas con el narcotráfico elaborada por el ayuntamiento de la localidad en la que vivía: «La ausencia de una causa judicial abierta contra Diego Bello por sus supuestas actividades ilegales impide conocer hasta qué punto la versión de la policía filipina puede ser creíble, por lo que la actuación policial podría considerarse como una ejecución extrajudicial«, indica el informe. Un procedimiento habitual, según apunta la comisión y otras organizaciones de derechos humanos, dentro de la guerra contra las drogas que se vive en Filipinas.
La plataforma #XustizaParaDiego llevará a cabo más movilizaciones para condenar lo que consideran como asesinato: «La falta de respuesta española podría generar inseguridad a los residentes españoles en el país asiático y cierta sensación de impunidad en las fuerzas del orden filipinas con respecto a los españoles residentes en el archipiélago», aseguran.