En este 2017 estrenamos una nueva sección, en la que repasaremos en formato lista curiosidades y capítulos olvidados de la historia del RC Deportivo. Esto es Top Dépor.
El gol. Máximo objetivo en un partido de fútbol, tesoro que los clubs buscan haciendo grandes inversiones. Es también el trabajo y la responsabilidad de los delanteros, que saben que su principal medida como futbolistas será la cifra de tantos que hayan alcanzado al final de cada temporada. Pero a menudo, el gol parece cuestión de ambientes, de contextos, de momentos. El mismo jugador que se aburre de marcarlos en un equipo, un país y una liga puede vivir en sequía permanente al cambiar de camiseta.
¿Cómo se explican esas transformaciones? A veces falta tiempo y paciencia para que un hombre gol encuentre su racha. Otras, el cambio de cultura, costumbres y clima llega a marchitar la puntería. Incluso hay ocasiones en que no se atisba explicación alguna, como si el instinto asesino sencillamente se diluyese. Ejemplos de todo tipo los hay en la historia de cualquier conjunto; y por supuesto, también en el Deportivo. Hoy recordamos ocho ‘nueves’ de prestigio que, por el motivo que sea, no triunfaron en A Coruña.
1. Emil Kostadinov

Tres ligas y tres Copas búlgaras, dos ligas y una Copa en Portugal, cerca de 80 goles para CSKA de Sofía y FC Porto y un cuarto puesto con la selección de Bulgaria en el Mundial de 1994, formando pareja de ataque con Hristo Stoichkov. Ese era el palmarés de Emil Kostadinov cuando fichó por el Deportivo, justo tras jugar esa Copa del Mundo en Estados Unidos. Una incorporación de lujo para un equipo que había visto el título de Liga a once metros de distancia en la campaña anterior.
Kostadinov, sin embargo, no dio la impresión de estar especialmente motivado durante los escasos meses que pasó en tierras gallegas. Le metió un gol al Atlético en octubre y otro a la Real Sociedad en noviembre, lo más destacado de su aportación en los nueve partidos de Liga que disputó. En enero, el Bayern Munich se fijó en él y, aunque militaba en el Dépor cedido por el Porto, el búlgaro puso todo de su parte para irse a Alemania, causando un importante encontronazo entre Augusto César Lendoiro y Pinto da Costa.
2. Sylvain Wiltord

Si Emil Kostadinov aterrizó en Coruña con un caché ganado, el francés Sylvain Wiltord lo hizo con la etiqueta de promesa emergente, tras apuntar fabulosas maneras en el Rennes. Tenía 23 años recién cumplidos cuando fue presentado con la camiseta blanquiazul, en julio de 1997. «Ya no me interesa el Rennes, que pierda o gane casi me da igual. Lo que quiero es irme al Deportivo. Comparando los impuestos, la vida en España es más interesante», comentaba el extremo, con sinceridad casi excesiva, poco antes de hacer las maletas.
Lo que no está claro es si llegó a deshacerlas una vez cumplidos sus deseos. En apenas unos días, Wiltord se había arrepentido y quería regresar a Francia para jugar en el Girondins de Burdeos. «Prefiero retirarme antes que jugar en el Dépor», espetó Sylvain, amigo de los titulares estruendosos. Su capricho dejó un beneficio de más de 600 millones de pesetas, así que Lendoiro tampoco puso demasiadas trabas a su marcha. El destino querría que acabase jugando en Riazor en 2001, con la camiseta del Arsenal. Con los ‘gunners’ anotó 32 goles en 104 partidos y ganó dos Premier; con su selección fue campeón de Europa en el año 2000. Casi nada.
3. Luizão

Lo cierto es que el Deportivo no tuvo suerte en la búsqueda de delanteros para el curso 1997/98. En el verano previo no sólo fue presentado Wiltord: también se contrató para la punta a Luiz Carlos Bombonato Goulart, más conocido como Luizão. Un chico de 21 años que había sido goleador del mágico Palmeiras de Rivaldo y Djalminha, un conjunto de fantasía que Lendoiro intentó trasladar a Coruña. Por Luizão pagó 700 millones de pesetas con la ilusión de que pudiese mantener el nivel de acierto exhibido en Brasil, firmando 23 dianas en 46 encuentros con el equipo paulista.
Probablemente, el de Rubinéia era demasiado joven para manejar un estrés como el que atenazó al Deportivo aquella campaña, en la que arrastró el trauma de la espantá de Rivaldo. Marcó 4 goles en 13 apariciones en la primera vuelta, pero en cuanto pudo se subió a un avión para volver a Brasil, actuando primero en el Vasco da Gama como cedido y luego en el Corinthians, ya traspasado. En 2002 se atrevió de nuevo con Europa, pero en el Hertha tampoco recuperó el olfato que le había hecho brillar en su país. En realidad, nunca sobresalió en un campeonato potente, pero… ¿quién se atreve a poner en duda del nivel de un ariete campeón del mundo y medallista olímpico con la canarinha?
4. Manteca Martínez
Con Wiltord huido y Luizão inadaptado, el Deportivo se encontró mediada la temporada 1997/98 en la urgencia de buscar pólvora en el mercado. Por Navidad llegaron atacantes y uno de ellos fue una auténtica leyenda viva de Boca Juniors, el uruguayo Sergio Daniel ‘Manteca’ Martínez. Sus 86 goles con la azul y oro le reservan un hueco entre los goleadores más prolíficos del club bonaerense. Pero tal vez su salto a Europa fue tardío, lejos ya de su mejor momento físico. Su reputación en A Coruña es opuesta al cariño que le profesa La Bombonera.
Su fichaje no fue ni mucho menos barato, pero entre lesiones y pobre rendimiento sólo disputó seis partidos como deportivista. Quien presuma de buena memoria recordará su ilusionante estreno, en el que dejó una asistencia de lujo a un compatriota que también debutaba, nuestro siguiente protagonista. Manteca Martínez, campeón de la Copa América de 1995 con Uruguay, volvió a su país para quemar sus últimos cartuchos con Nacional. Una vez retirado, se entregó en cuerpo y alma a otra modalidad deportiva: las motos acuáticas.
5. Sebastián Abreu
El mercado invernal de aquel curso 1997/98 fue de los más movidos de la historia reciente del Dépor. El club trataba de reponerse del revés de la marcha de Rivaldo; y tras un mal inicio de Liga, entre diciembre y enero se incorporaron el mencionado ‘Manteca’ Martínez, el marroquí Mustapha Hadji, los hermanos Lionel y Mauro Scaloni y Washington Sebastián Abreu. El fichaje del ‘Loco’ despertó una curiosa expectación: un vídeo de un clamoroso gol errado, popularizado por El Día Después, le había dado cierta fama en España.
Pero lo cierto es que Abreu era mucho más que el protagonista de aquella inolvidable narración. Era una de las más firmes promesas del fútbol sudamericano de la época: 21 años, internacional en 16 ocasiones, autor de 26 dianas en 43 encuentros con San Lorenzo y tasado en nada menos que 10 millones de dólares. Al Dépor no le aportó más que 4 goles en 18 partidos de esa campaña; y el resto de su contrato lo consumió enlazando una cesión con la siguiente. Pero Abreu es un mito en toda regla. Continúa en activo con 40 años, milita en el Bangú brasileño (23º club de su carrera, en nueve países distintos), ha firmado decenas de goles y conquistó la Copa América con la selección uruguaya, con la que también fue cuarto en el Mundial 2010. Una imagen de ese torneo define a este genio: el penalti decisivo que se atrevió a lanzar a lo Panenka en cuartos de final.
6. Rubén Castro

El ‘expediente X’ que supone la etapa de Rubén Castro en el Deportivo continúa vigente, dado que el canario, con 35 años, mantiene un formidable rendimiento con el Real Betis. Está a 7 goles de igualar los 78 de Poli Rincón, máximo anotador histórico de los verdiblancos en Primera. Entre todas las competiciones, Rubén suma la friolera de 142 dianas en 264 partidos como bético. Los números sentencian que el Dépor no hizo un buen negocio con él: lo dejó ir a Sevilla en 2010, a cambio de un millón y medio de euros. No sólo quedará en la historia como el mejor atacante del club andaluz, sino también como su fichaje más rentable. De largo.
Pudo suponer algo similar para el Dépor, que se hizo con él durante el verano de 2004 para saldar la deuda que Las Palmas mantenía por el traspaso de Gabi Schürrer. Castro ya había celebrado sus primeros tantos en la máxima categoría siendo poco más que un adolescente; y tras el descenso amarillo hizo otros 32 goles en dos campañas en Segunda. Su futuro era prometedor, pero el club herculino no hizo mucho más que cederle: Albacete, Racing de Santander, Nástic de Tarragona, Huesca y Rayo Vallecano fueron sus destinos, hasta que firmó definitivamente por el Betis. En A Coruña sólo se le dieron tibias oportunidades en las campañas 2005/06 y 2007/08. En total, 9 tantos en 42 encuentros. Y Joaquín Caparrós lo alineaba como extremo derecho…
7. Omar Bravo

Cuando en mayo de 2008 se anunció su fichaje por el Deportivo por cuatro temporadas, Omar Bravo era poco menos que una divinidad en México, especialmente en CD Guadalajara. En sus ocho campañas como referente de las Chivas había firmado 120 goles; y por el medio, había destacado en varios torneos internacionales con la selección azteca: la Copa del Mundo de 2006, en la que dejó dos tantos en tres partidos; la Copa América de 2007, aportando 4 dianas al tercer puesto obtenido; o las Copas de Oro de la Concacaf de 2003 y 2007, en las que había sido respectivamente campeón y subcampeón. Pocos artilleros podían presumir de un curriculum semejante al otro lado del charco. Con 28 años, el reto para él era demostrar su capacidad en Europa.
No funcionó. Omar nunca se adaptó a su nueva vida en A Coruña, donde apenas aguantó seis meses. Tal vez fue demasiado para él cambiar tan súbitamente de país, de continente y de status; porque en el Dépor era uno más a las órdenes de Lotina, no el ídolo vanagloriado que se había acostumbrado a ser. Después de rubricar 3 tantos en 21 partidos oficiales como blanquiazul (sólo 6 como titular), Bravo regresó a México. Primero fue cedido a Tigres, después traspasado al club de su vida, Chivas. A punto de cumplir 37 y tras pasar con fortuna desigual por varios equipos de su país y Estados Unidos, el mochiteco busca actualmente una nueva aventura, un último contrato en la NASL o la MLS.
8. Pepe Sand
De los ocho delanteros que figuran en esta lista, José Gustavo Sand es el que pasó más recientemente por A Coruña. Sin embargo, es posible que muchos aficionados hayan borrado de su memoria que el argentino vistió la camiseta del Dépor. Así de discreto fue el periplo coruñés de ‘Pepe’. Participó en cinco encuentros, pasó 208 minutos sobre el césped, anotó cero goles. Pocas cosas salieron bien en aquella campaña 2010/11, la del primer descenso, con Xisco, Javito y Sand como desesperados refuerzos invernales. El primero marcó un par de tantos y el segundo no pudo ni debutar por el famoso tránsfer que nunca llegó.
¿Qué ocurrió con Pepe? Fue, es y será un misterio. Tenía 30 años y había firmado unos registros apabullantes en los Emiratos Árabes Unidos. Sus cifras anteriores en la liga argentina eran igualmente extraordinarias. Aún hoy, a sus 36 años, es todo un referente en Lanús, donde contabiliza 22 goles en 37 partidos desde su regreso en 2016. Son más de 200 los ‘chicharros’ que ha festejado en casi dos décadas de trayectoria. Aunque nadie lo recuerde de esa forma en Riazor, Pepe Sand es un goleador nato. Por desgracia para el Deportivo, igual que los siete que le acompañan aquí, la fortuna decidió darle la espalda en cuanto se enfundó la blanquiazul.