La Segunda B es una categoría llena de talentos ocultos. Jugadores que han dado un paso atrás para coger impulso en el fútbol profesional, veteranos con muchas horas de vuelo o jóvenes que están al borde de la explosión como futbolistas de élite. En Riazor.org queremos poner el foco en estos protagonistas que trabajan en la sombra tratando de llegar a lo más alto y por eso estrenamos nueva sección. En Ojo con… cada semana os traeremos un análisis en profundidad de uno de los jugadores más importantes del rival del Deportivo. En este caso, de Silva, delantero del Coruxo.
Para ello contamos con la colaboración de un profesional. Fiz Rodríguez, entrenador con licencia UEFA Pro y experiencia en Tercera División y Preferente, es actualmente analista de la SD Compostela en el cuerpo técnico de Yago Iglesias.
¿Quién es Silva?
Diego Silva (Tomiño, Pontevedra 1986) vive su cuarta temporada consecutiva en el Coruxo y en Segunda B después de pasar la mayor parte de su carrera entre Preferente y Tercera División, en la que destacó con el Choco. Se perdió buena parte de la primera vuelta por lesión y el equipo vigués lo notó evidenciando grandes problemas ante la portería rival, entre otros partidos, el de Riazor.
Un ‘nueve’ clásico con mucho fútbol
Silva es un delantero de gran envergadura. Un ariete que maneja muy bien el juego de espaldas, pero que también ataca bien los espacios en zonas laterales con desmarques de ruptura. Pero más allá de ese físico que le permite dominar también el juego aéreo, muestra gran técnica individual con el balón en los pies para resolver situaciones de uno contra uno. Dentro del área presume de gran calidad para la finalización, como en su última gol ante el Salamanca con un remate al primer toque de mucho nivel.
Silva: finalizador, generador y primer defensa del Coruxo
Diego Silva lleva varios años siendo una pieza fundamental en el Coruxo. Tanto por su olfato goleador cuando le toca finalizar, como también por la distracción que supone para los defensas rivales y las soluciones que ofrece a sus compañeros. Y no sólo cerca del área. Sus virtudes le permiten ofrecerse dando una salida fácil al equipo desde atrás. Sabe elegir bien el momento para descargar de cara o correr al espacio.
Y cuando el Coruxo no tiene el balón, actúa como primer defensa. Se activa bien en la presión tras pérdida, pero sobre todo resulta una pieza estratégica importante para Míchel Alonso. Su entendimiento del juego le permite dividir y orientar el juego rival hacia donde más le conviene al conjunto de O Vao.